El Neoliberalismo en su máxima expresión

El bipartidismo en España está en el estadio más profundo de su historia. Las elecciones se han concentrado de forma calculada; cualquier movimiento político que no esté en sus coordenadas, es un producto a eliminar; tenemos la experiencia en los partidos emergentes: Ciudadanos y Podemos. Aquí hay una dicotomía: Ciudadanos es un repuesto «moderno» prefabricado por los poderes económicos con el objetivo de eliminar caras y formas del «pasado» franquista. Hoy los poderes financieros, con su ejercito de tecnócratas neoliberales, ejercen el recambio adecuado con el dictamen de los ideólogos de la Troika; no permiten que la izquierda se vaya implantando en el sur de Europa, están tratando de paliar ante la ciudadanía que el capitalismo funciona como «agente de progreso», con orden y sin traumas.
Por otro lado, tenemos otro partido emergente: Podemos, partido tolerado por el sistema al no ser un peligro para sus reformas políticas. Se le tolera, siempre que no sea un movimiento que ejerza un despertar entre la ciudadanía sensible a un cambio -estilo CDS (centrista)-. Aquí tenemos la tolerancia controlada; hoy se utiliza… mañana se le pone de comodín para los intereses de lavado de la cara del sistema.
Del PSOE, no voy a gastar tinta. Conocemos sus artimañas históricas y presentes en cuanto a ser el sostén del neoliberalismo con cara más amable y hechos «progresistas».
Lo que sí es evidente es que todas estas fuerzas tienen un denominador común: frenar a todo partido que ponga en cuestión el sistema capitalista. Hoy, sólo IU, con todos sus defectos lógicos, por ser una coalición de diversos matices estratégicos, pone en cuestión el sistema capitalista injusto al que estamos sometidos y por eso se le obvia con nocturnidad y alevosía. En los medios de comunicación se elimina a IU del pensamiento de la ciudadanía. Es bueno recordar la célebre frase de Alfonso Guerra: «el que no sale en la foto, no está» (o algo parecido).
Personalmente no estoy de acuerdo con el separatismo independentista. Los nacionalismos están en las antípodas de mi ideología. Soy profundamente internacionalista. El trabajador está explotado en todas las latitudes donde el capitalismo ejerce su poder.
Pero aún así no conseguirán eliminarnos; nuestra Historia nos avala y nuestra acción inequívoca hace mantener la esperanza de la transformación social y el sistema. Éstas son nuestras armas para conseguir una igualdad en todos los aspectos y el reparto de la riqueza. Ello sólo se conseguirá implantando el socialismo democrático.
Los comunistas tenemos la paciencia activa en pro de la revolución, somos corredores de fondo y como tal llegaremos a la meta pese a quien pese. Un mundo justo es nuestra meta.
Es de singular importancia referirse a lo que está aconteciendo en el Estado Español. Es evidente que han «resucitado» las «artes inquisitoras» de los Reyes Católicos.
Lo están llevando al extremo dictatorial de un Estado impositor, ejerciendo algunas leyes al devenir del capricho de sus intereses. El ejemplo lo tenemos cuando cambian algún artículo de la Constitución sin consultar ni a partidos ni al pueblo español. Por consiguiente, es fácil deducir que estos agentes del neoliberalismo capitalista son natos violadores de lo aprobado por la ciudadanía. Los cambios de la Constitución sólo pueden ser ejecutados con el plesbicito soberano de la ciudadanía.
Se puede interpretar que soy independentista. ¡No! Todo lo contrario. Los nacionalismos están en las antípodas de mi ideología.
Una vez aclarada mi postura, prosigo con mi opinión. Entiendo que lo que se está dilucidando es el problema de que los catalanes están poniendo en entre dicho el sistema, o sea, liquidar la monarquía sustituyéndola por una República democrática.
Esto tiene un calado de gran envergadura de Estado. En los foros internacionales está reconocido el derecho a la autodeterminación, con una coletilla que es fundamental: el derecho a una consulta que decida qué sistema es el más propicio para el Pueblo que lo demande.
Estos agentes neoliberales, cuando les interesa, apoyan el separatismo de algunos pueblos para convertirlos en sus aliados de clase, pero, cuando se trata de su área de poder, la democracia se convierte en dictadura y utilizan el descaro dictatorial obviando lo más elemental del clamor popular.
Estimo que la solución pasa por la creación en España del federalismo republicano, sin subterfugios y no al estilo del PSOE.
En Cataluña, la consulta popular para decidir la ruptura con España o no, se hace imprescindible.
Saludos cordiales, SALUD Y REPÚBLICA.

Carlos Fominaya Méndez

1 comentario

  1. «En Cataluña, la consulta popular para decidir la ruptura con España o no, se hace imprescindible»

    Mire, sr. katedratiko, la soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo español. Las autonomías (más autogobierno que los landers alemanes) y las leyes dimanan de la Constitución de 1978.

    Esta fue votada a favor por más del 90% de los catalanes. En cambio, las candidaturas separatistas en la últimas autonómicas se quedaron en un exiguo 48%.

    Ha de valer más 48 que 92 porque lo digan los comunistas?

    Váyanse adonde yo les diga

    Saludos cordiales y ARRIBA ESPAÑA!!

    La Monarquía representa muy bien la unidad y continuidad de la Nación Española. En tanto en cuánto así sea:

    VIVA LA MONARQUÍA!!

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