Parece la última película de terror del sanguinario Jason Voorhees, pero esto es real y ha sido otra vez en París: más de un centenar de personas asesinadas, en su mayoría jóvenes que disfrutaban del viernes noche. Se decreta en toda Francia el Estado de Emergencia, cierre de fronteras. ¡No salgan de sus casas! ¡La agorafobia al poder! ¡Cuánto dolor causado en tan poco tiempo! El pasado viernes 13 también hubo otro atentado, aunque más lejos, en Bagdad: un suicida detonó su cinturón explosivo en medio de un funeral chií, la cifra de muertos es menor que en París, pero también eran personas, ¿no? ¿Algún líder político ha enviado sus condolencias a Fuad Masum, presidente de Irak? Espero que sí. Como las dos acciones terroristas apuntan al ISIS, pronto surgirán de nuevo brotes xenófobos. Estamos rodeados de descerebrados: por un lado te decapitan y por el otro te pisotean botas neonazis.
La película «Viernes 13» no tiene la culpa de lo que ha ocurrido en Paris y Bagdad, pero Rambo sí. Muchas veces me pregunto: si John Rambo era tan «cachas» en Vietnam… ¿Cómo serían los del Viet Cong, que ganaron la guerra? En EEUU les debe de salir a todos un sarpullido cada vez que un rojo comunista les gana la partida, por eso invierten muchos dólares en manipular películas para «lavar» su imagen, como Rambo 3, que luchó en Afganistán ayudando a Bin Laden y los muyahidines contra el comunismo ruso. Creo que se va a rodar ahora Rambo 33. Silvester Stallone sale en silla de ruedas manejando un dron y bombardeando al régimen sirio de Bashar al-Asad; para ello cuenta con la «inestimable ayuda» del Estado Islámico sufragado por la CIA, el Mossad y Arabia Saudita. ¿Otra vez Rambo contra los rojos? Se repite más que las morcillas. Perdón, día de luto y yo hablando de pelis… ¡Zas en toda la boca!
Rafa Zamora Sancho
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