Carmen Morate
Concejal de ONG’s y Residentes Internacionales
Invito a todos a que nos paremos un momento para meditar qué es lo que celebramos el día 9 de mayo, en el llamado Día de Europa.
Esta fecha fue en la que un ministro francés hace 66 años dio un discurso que impulsó la creación de la Unión Europea 7 años más tarde. Fijaros que la idea de Schuman fue evitar conflictos bélicos fusionando el interés económico de varios países, que en esa época estaban muy afectados por la última guerra mundial.
Y efectivamente consiguió la paz a través del crecimiento económico.
Schuman dijo: “Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho.” Bien.
Europa se unificó, prosperó y pocos lugares en el mundo tenían esa estabilidad que tenía Europa. Se firmaron tratados, se abrieron fronteras, cayó Franco y cayó el muro de Berlín y cada vez más países solicitaban formar parte de la UE, siempre cumpliendo condiciones como ser un estado estable, democrático, que garantice los derechos humanos y respete las minorías… en 2012 la Unión Europea recibe el Premio Nobel de la Paz ‘por su contribución durante seis décadas al avance de la paz y la reconciliación, la democracia, y los derechos humanos en Europa’.
Y este es un hecho del que debemos estar muy satisfechos y agradecidos. Los que hemos nacido en los países dentro del acuerdo Schengen somos muy privilegiados, tenemos ventajas que otras personas en el mundo no se atreven ni a soñar o peor, no saben ni que son posibles. Somos libres, existen leyes que protegen nuestra integridad, nuestra salud y nuestras vidas, tenemos derecho a vivienda y comida… bueno, esto último es relativo. Las políticas concretas de cada país son cuestionables, véase la España actual.
Y sinceramente, la Europa de hoy en día es un poco lío: en 1957 eran 6 los países miembro de la CEE, en 2016 somos 28. Pero en Europa hay un total de 43 estados, más los 7 llamados euroasiáticos. 25 son los que usan la misma moneda, aunque 26 los “Schengen”, es decir los de “sin fronteras”. Sin fronteras hacia dentro, claro.
Pues ahora entro a explicar el porqué de no festejar este día con cánticos y bailes folclóricos: el delicado tema de la crisis de refugiados en Europa.
El fondo de la guerra en Siria es difícil de explicar y aun más de entender. El tema es que Europa tiene cierta responsabilidad de la situación actual en aquella tierra en la que han muerto al menos 220.000 civiles (expertos hablan de 470.000) a causa de los bombardeos y otros muchos por carecer totalmente de alimentos o de un sistema sanitario, ya que toda infraestructura está completamente destrozada.
No es de extrañar que millones de familias huyan de la guerra y busquen REFUGIO y seguridad. Pero en España desde luego que no la busquen. Aquí, según “El País” esta una cifra oficial, se han reasentado 18 sirios. Se acordaron 17.000. El gobierno español no está facilitando la acogida de los refugiados, ya no se sabe si es realmente por falta de interés político (opinión de las grandes ONGs colaboradoras) o por falta de capacidad administrativa y coordinación entre países (según Rajoy). Recursos hay, pero los refugiados no vienen. Parece ser que se quedan estancados en otros países mediterráneos como Italia y Grecia, o Turquía.
Europa parece que ha olvidado lo que es ser víctima de una guerra, se ha acomodado y debería acordarse de que en ese acuerdo inicial había una palabra clave, que es LA SOLIDARIDAD.
Y, en el día de hoy, hay que levantar la bandera europea hasta lo más alto, hay que mostrar el orgullo Europeo, reafirmando nuestros valores, los de la tolerancia, la humanidad, la fraternidad, de todos aquellos de lo que cantan en nuestros himnos. El color azul y cada una de las estrellas representan nuestros seños de identidad. No nos podemos permitir desviarnos de este camino, necesitamos más Europa y menos recortes.
Para mí y para muchos que pensamos igual, el Día de Europa 2016 no es un día de celebración, es un día para meditar y replantearse los valores que queremos transmitir y debemos poner en práctica. ¿Podremos entre todos a recuperar ese espíritu de unión y de solidaridad?
A ver, Dña. Morate, háblenos de las ideas primigenias de la formación de una Europa unida, de cómo estas nacen de una visión cristiana de la misma, sobre todo por parte de Robert Schuman, ya beatificado por la Iglesia Católica y en proceso de canonización, y de Alcide de Gasperi, en proceso de beatificación. Venga, diga toda la verdad. Pase del almíbar a la fe.
Ah, y una cosa que hasta usted podrá entender: Franco no cayó, Franco se murió en su cama de un hospital de la SS que él creó y dotó, dejando un testamento político de 15 líneas que tiene más enjundia que todas las ideas y ocurrencias de la progresía mundial junta (la roja y la verde). El muro de Berlín sí cayó, y la mayoría de ustedes tienen un pensamiento que procede directamente de los escombros de aquel sistema antihumano. No quiero recordar ciertas cosas que se han oído acerca de la la Iglesia no hace tanto.
De nada, me gusta ser útil.