Carlos Sánchez Arenas
Socialista
En Granada se produjo hace semanas un hecho que puede extrañar dado el clima de falta de acuerdo para elegir presidente del Gobierno, ese hecho fue la elección de Francisco Cuenca como alcalde de la ciudad con los apoyos de Izquierda Unida, Ciudadanos, Podemos y el Partido Socialista Obrero Español, dejando fuera de la alcaldía de la ciudad de la Alhambra al Partido Popular tras 13 años, el desencadenante de este pacto fueron las investigaciones al anterior alcalde, José Torres por una supuesta trama de corrupción urbanística. Pero no hace falta irse tan lejos para encontrar ejemplos de entendimiento, mi ciudad es incluso mejor y me sentiría orgulloso de que España tuviera algo similar, un Gobierno a la torrevejense.
El legado que dejó el PP local tras su particular forma de ejercer el poder durante más de cinco lustros se puede resumir en 4 titulares de prensa, un exalcalde condenado a 3 años por falsedad documental y prevaricación en la contrata de basuras, un balneario en el que se invirtió 1,5 millones de euros paralizado por Medio Ambiente, Ministerio que a su vez multó al Ayuntamiento con 833.000 euros por la invasión del dominio público marítimo-terrestre del Paseo Juan Aparicio, y como guinda, el auditorio acabó costando 53 millones de euros. El pasado junio fuerzas de todo el diverso espectro político local, a excepción del partido protagonista de estos y otros tantos escándalos, recogieron el guante de la ciudadanía local que dijo sí al cambio.
A diferencia de en Torrevieja, a nivel estatal la interpretación del resultado de las elecciones generales no fue entendida igual por los partidos y mira que era fácil de entender, tanto como el comprender que sin ceder un ápice en tus pretensiones iniciales es imposible llegar a ningún tipo de acuerdo. Otra notable diferencia es que los mismos apoyos de representantes de derechas que en el Pleno Municipal torrevejense son necesarios y bienvenidos en cada votación, a nivel estatal eran rechazados por quienes se ofrecieron como garantes del cambio, su intransigencia y lecciones de pureza no encajan ni con el Parlamento más plural desde las primeras elecciones ni con algo que se apunta como propio de la nueva política, pero que es de buena política, el anteponer el interés general al tuyo propio.
El pasado 20 de diciembre la sociedad española mandó un mensaje consistente en pluralidad, transparencia, rechazo a una forma de hacer política y ejercer el poder que roza el absolutismo y sobre todo, de entendimiento entre formaciones de diversas ideologías. Mensaje muy similar al enviado por la salinera unos meses antes.
En las próximas elecciones generales, la sociedad volverá a repetir mensaje, ¿lo escucharán esta vez todos los líderes políticos?
A ver, D. Arenas: El pasado 20 de diciembre la sociedad española mandó un mensaje consistente en que, con 123 diputados, Mariano Rajoy ganó las elecciones por mayoría simple para que se sigan haciendo las reformas que nos han sacado de la mayor crisis económica y social en que el PSOE esquizofrénico de Zapaatero dejó jamás a España. Lo de «pluralidad y entendimiento» entre formaciones de diversas ideologías se referirá usted a que el primero y ganador renuncie al gobierno en favor del segundo y el cuarto; es eso? Lo hemos entendido bien? Pues va a ser que no.
Termine la carrera si no la ha terminado, y si la ha terminado búsquese un trabajo, corcho!!
El señor gordito del PSC, partido hermano del que usted milita ideológicamente, se fue al Constitucional con PP y C´s hace unos meses contra la resolución del Parlament para la secesión y las leyes de desconexión, y hace 3 días se manifestó en Barcelona contra el mismo constitucional juntamente con podemitas, separatistas rabiosos y antisistemas porque el TC ha tumbado leyes manifiestamente inconstitucionales como las que obligan a un propietario a desprenderse de su vivienda.
¿Comprende lo que quiero decir cuando digo esquizofrenia política?