Un poco más y se me torra la quincena por culpa de tener estropeado el ordenador personal; menos mal que me ha avisado la jefa María José y ha activado en mí ese gusanillo que tenemos los plumillas y que a veces está dormido por mor de las noticias cotidianas, las muertes, los asesinatos, los fusilamientos, las bombas nucleares, los terroristas, los rusos, los ingleses, las peleas extremas, los tertulianos que saben de todo, los medios de comunicación -los unos, los otros y los de la moto- que cada día comunican menos… Que yo de eso ni escribo ni me gusta ni ná de ná. Así que a lo que iba, que volvemos a tener las playas limpias (aunque las calles no tanto, y lo digo sin acritud hacia nada ni nadie) como siempre, y como siempre llenas a tope, y ojo con poner la sombrilla antes de hora (igual podían hacer con los que tiran la basura mucho antes de la hora, con pillar a uno sería suficiente, más que nada por los calores del verano que ya están aquí, y por los olores, que también están aquí), que el concejal Manzanares está al loro del loro. Igual pasa con la edil Fanny -a la que están demonizando desde el principio del mandato-, que me gusta su carácter, oye, aunque sé que a muchos les desagrada, pero sobre gustos y personalidades no hay nada escrito, que yo sepa, así que ahora le toca al recinto del Mercado de Abastos, que desde su inauguración, hace ahora dieciséis años, todavía no tiene licencia de apertura, lo que no deja de ser otra anormalidad que hay que arreglar. Lo que sí se está haciendo bien es el tema de los numerosos contratos de alquiler que tiene el Ayuntamiento, que es un dineral, y que progresivamente se va solventando, sobre todo para bienestar de las arcas públicas. En fin, para qué hablar del debate histórico entre líderes políticos, o del costoso atril dichoso del dichoso Papa cuando estuvo por Valencia… Pecata minuta todo. Suerte quincenal a todos.
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