Hay personas que pasan por la vida pensando que su destino no les pertenece. Piensan que lo que ha de pasar ya está escrito y decidido de antemano, bien por un ser superior, bien por la suerte, el destino o el orden establecido. Hay quien no se atreve a declararse al amor de su vida, o, al contrario, se queda atrapado en una relación que le hace daño. Hay quien cree que la única posibilidad que tiene de prosperar es que le toque la lotería o que le beneficie alguien con dinero (a veces, fraudulentamente). Hay quien piensa que de las enfermedades no se puede salir. Hay quien se tumba en el sofá y lucha contra las injusticias haciendo clics. Hay quien suele usar las frases «es que eso no es para mí», «yo con eso nunca me voy a aclarar» o «es que yo no valgo para eso». Hay quien piensa que nunca podrá cumplir sus ilusiones, que los sueños son inalcanzables, que «la vida es así». Hay quien vive en la resignación de «lo que toca». Hay quien no sabe que las cosas pueden cambiar, que el mundo va avanzando y transformándose a cada paso, que la vida es hoy muy distinta a lo que era hace apenas 20 años, y que eso es gracias a personas que mueven el mundo. Hay quien vive inconsciente del poder que tiene, de que un pequeño esfuerzo puede marcar la diferencia. Hay quien piensa que un voto no tiene valor, que todo va a seguir igual, o que irremediablemente vendrá un cambio incierto. Sin embargo, todos los votos valen, muchos esfuerzos individuales suman un gran esfuerzo colectivo. Este domingo 26 de junio, no dejes que otros que no tienen nada que ver contigo decidan tu futuro. Acude a las urnas y haz que tu voz se escuche.
Dejar una contestacion