Esta estrofa y bolero es un hecho real que me ocurrió en mi Servicio Militar, con 20 años, en el año 1957, en África Occidental (antiguo protectorado Español). La compusimos 3 cabos de distintos cuerpos de caballería mecanizada, la Legión y Cuerpo de Regulares, estando de guardia y protegiendo a una guarnición de 500 hombres, que estaban descansando en pleno desierto, en una noche de luna llena, la única luz que teníamos (porque no podíamos tener otra… por temor a una invasión).
Estrofa:
¡El día 10 de febrero, qué día más desgraciado!
Cómo silbaban las balas, por la cabeza y costado
Caballería iba delante y la Legión iba detrás
Y la aviación por el aire, ¡no cesaba de bombardear!
¡No llores tú, Madre mía! Que mi sangre caiga al suelo…
Que muriendo por la PATRIA, la Virgen ¡me suba al cielo!
Ya se acabó la guerra: y regresamos a ESPAÑA.
Con dirección al cuartel, buscando la licencia que nos la dio el Coronel.
Bolero:
Era una noche oscura y tenebrosa
y el legionario de centinela está
velando, el sueño de tantos compañeros
que descansando de la fatiga están
¡Piensa que en el África lejana,
las noches atormentadas, por temor a una invasión!
¡Piensa que destrozaste mi vida!
Hoy la tengo REMIDIDA, por estar ¡lejos de ti!
Fiel al combate, juré ser en la VIDA
la imagen bella, de un corazón ¡que amé!
Cuando, avanzando sin temor, me decía…
la ESPAÑA mía, ¡la más grande de todo!
¡Fumar, fumar, hoy fumar con AVARICIA!
¡Fumar, fumar, sin temor a qué pasará!
Hasta que el ÁGUILA muera, o nos pueda destrozar.
Se lo dedico, a mis dos nietos Sergio y Sofía. Para que conozcan esta vivencia de su abuelo (en Nochebuena de 2012, esta historia les conté).
Autor: Antonio Lozano Cidoncha
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