Después de unos días de vacaciones, tan urgentes como necesarias, llega uno al trabajo diario como más relajado. Pero la tranquilidad y el relajo duran muy poco, lamentablemente porque, entre otras cosas, vivimos en una sociedad totalmente alienada, socialmente injusta, y con demasiado vértigo, a todos los niveles. Pero, a pesar de los pesares, uno va viendo cosas buenas, cargadas de muy buenas intenciones, como por ejemplo toda la programación cultural «Area 51», donde están tratando de recuperar para la calle, e incluso para un ágora tan especial como Las Eras de la Sal, la buena movida del teatro. Ocurre que no va a ser nada fácil atraer a las gentes hacia esas actividades, pero al menos se está intentando. Así que, aunque el aforo de las Eras no esté al completo cuando se lleva alguna actividad cultural, no hay que preocuparse, porque el camino es empedrado y la respuesta tiene que ser lenta. La propia idiosincrasia -vaya palabreja- poblacional torrevejense es la que manda. Y, como dice mi vecina: es lo que hay. Tenemos un clima tan estupendo en nuestra ciudad que sería bueno que las Eras de la Sal se recuperaran como «ágora cultural» en todos los sentidos, incluso en el comercial, como, por ejemplo, cuando venían los Festivales de España. O algo así. Por otro lado, me llamó la atención una noticia de ésas de verano: los bañistas se habían quejado, en general, de que quitaran las banderas rojas de las playas, porque ellos venían a bañarse. En fin, otro dislate más de ésos que nos suceden en verano. Para la próxima quincena más y a ser posible mejor. Salud.
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