El desagradecimiento

Los Profetas: En aquellos tiempos A.C. (Antes de Cristo), existían hombres que hablaban por boca de Dios, a los que llamaban «Profetas»; no porque predecían el futuro, sino porque comunicaban lo que agradaba o desagradaba a Dios Padre hablando por boca de Él.
Existía un rey en Asiria llamado Hamaan, que adoraba a dioses de piedra, plata u oro, claro está, si coincidía alguna vez que se cumplía lo que les pedía, decía que se lo había concedido tal o cual dios. El Rey Hamaan cayó enfermo de lepra, enfermedad muy común en aquellos tiempos. Fue tratado por todos los curanderos y sabios de su país, pero nadie daba la solución para curarlo de aquella terrible enfermedad. Entonces, una esclava judía que le atendía le dijo: «Señor, en mi tierra existe un hombre que dicen puede curar enfermedades en nombre del Señor su Dios». Entonces Hamaan le preguntó: «¿Cómo se llama ese hombre y dónde vive?». La esclava le dijo: «el hombre es el Profeta de Dios, Eliseo, y vive en Israel, cerca del río Jordán». El Rey mandó preparar una caravana y marchó hacia dicho país. Una vez allí, fue a ver al Profeta del Señor llamado Eliseo y le pidió que lo curara, ofreciéndole una gran recompensa. Eliseo, un hombre pobre y temeroso de Dios y que venía anunciando su palabra, le dijo: «báñate en el río siete veces». Hamaan se enfureció diciendo que, en su país, había ríos mejores que aquel y no tenía por qué bañarse siete veces, pero uno de sus criados le dijo: «Señor, ¿qué le cuesta cumplir lo que este hombre dice?». Y entonces, Hamaan accedió y se bañó siete veces. A la séptima vez, su piel quedó limpia como la de un niño y libre de cualquier marca de la lepra. Entonces le ofreció a Eliseo toda clase de bienes y riquezas, las cuales él rechazó diciendo que solamente necesitaba lo que su Dios le daba. Entonces Hamaan, agradecido, mandó a su criado que cogiese gran cantidad de aquella tierra y prometió no adorar a otro dios más que al Dios de Eliseo.
Iba Jesús andando por un camino con sus discípulos y se encontraron con diez leprosos que le gritaban: «Jesús, ten compasión de nosotros». Entonces, Jesús les dijo: «Id al Templo y presentaos al sacerdote» (estaba establecido que, cuando una persona se curaba de cualquier enfermedad, por la que había sido declarado impuro y separado de la comunidad, se tenía que presentar al sacerdote para que éste lo declarase puro y poder convivir con los demás). Los diez leprosos echaron a caminar y, entonces, se dieron cuenta de que estaban curados y, uno de ellos, que era samaritano, se volvió corriendo y, postrándose ante Jesús con la cabeza en tierra, lo alababa y glorificaba dándole las gracias. Entonces Jesús dijo: «y los otros nueve, ¿no han sido también curados?». O sea que, de los diez, solamente un extranjero se volvió a darle gracias y alabar a Jesús.
Acabo de leer el libro publicado recientemente por Luis de Guindos. Este Señor es Licenciado en Economía y Doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, teniendo varios libros y escritos sobre este tema, y pertenece al Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. Ya trabajó como Secretario de Estado de Economía para el gobierno del sr. Aznar; no era militante del PP y sigue sin serlo. Debido a sus trabajos, es reconocido internacionalmente y, muy concretamente por el FMI (Fondo Monetario Internacional), donde tiene buenos amigos como: su directora y otros cargos de importancia del mismo. También es conocido y consultado muchas veces por el Ministro del Tesoro Público de los EEUU, ya que es una persona que ha trabajado para importantes empresas extranjeras y ha dado clases en diversos centros internacionales. Pues bien, estaba el sr. de Guindos jugando al tenis con su hijo, dos días antes del primer Consejo de Ministros del nuevo gobierno del sr. Rajoy, cuando le llamaron a su móvil preguntándole si quería asumir el Ministerio de Economía del nuevo Gobierno, a lo que contestó que sí, a pesar de tener alguna idea de cómo estaba la situación económica de nuestro país. También asumió parte de los Ministerios de Energía y Turismo.
En principio comenzó a formar su equipo de trabajo, contando en primer lugar con su secretaria particular, su jefa de gabinete, y llamó a cuatro economistas del Cuerpo Técnico del Estado de su confianza, y a una señorita muy experta en I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica). Con este equipo, se hizo cargo de la Cartera de Economía del Estado.
Cristóbal Ricardo Montoro Romero, licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid y Doctorado en 1981, siendo profesor ayudante en dicha universidad hasta que obtuvo la Cátedra de la Universidad de Cantabria, fue Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas en el gobierno del sr. Aznar, y el sr. Rajoy ha contado con él para el mismo cargo en el Gobierno actual.
En este Gobierno se sienta un precedente que no ha existido nunca en ningún otro y es el siguiente: En la Economía de Estado entran en juego tres aspectos fundamentales que son: la Economía de Estado, la Economía Financiera y la Economía del Tesoro Público. Las dos primeras las asume el sr. De Guindos y la peor parte se la lleva el sr. Montoro, ya que tiene que dialogar y unificar los criterios de las comunidades, y este tándeen está presidido por el presidente del Gobierno, siendo éste el precedente del que hablábamos.
Debido a la falta de espacio en El Periódico, continuará en una segunda y posible tercera parte.
Recomiendo que aquellas personas que no tengan, al menos, unos pocos conocimientos de Economía Política y Financiera, no se compren el libro, pues se van a gastar el dinero y no van a entender algunos aspectos del mismo.

Carlos García

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