«Donald» (El pato gangoso que ganó)

Manuel Bueno
Director de Colesterol Teatro

Trump, es un golpe de realidad masiva, a la que ningún país (ni el suyo propio) va a tener los güevos de quitar de enmedio (al contrario de como sucedió en Irak). Hillary, luce como una arrugada feminista arrogante, y delincuente consentida, que terminará sus días en un psiquiátrico con el síndrome «Levinsky» en su historial irrepetible y sexomaníaco (insaciablemente reprimida por su pulsión lésbica y satánica latente).
Donald, es un machista macho y, como tal, se comporta y dice lo que le sale de la polla. También porque es muy rico, el cabrón (y feo, y desagradable a veces) y porque le sale de la polla otra vez. Unos cuantos millones de sus compatriotas le han dicho que siga así, y por éllo le han votado Presidente. Otro 70% del resto del planeta (y el de Júpiter y Saturno también), en privado, hablan y piensan como Trump, solo que sus novias, esposas o madres nunca les han pillado largando «Trump-penianamente». Pero, lo hacen. Lo sé. Los hipócritas se escandalizan y tachan al pobre Donald de fachorro y putarrón. Pues, no sé. Tal vez. En este país (Españistán), los políticos,  en público, no hablan así. Pero nos mienten, roban, empujan a la miseria económica,  personal y sexual a todo el que se descuida y le pillan con el pantalón bajao. O sea, a la mayoría de la españolidad proletaria y ramplona. Esa misma ralea (sin apenas estudios, camarero o currela sin cualificar) que en USA ha votado a Donald Trump.
A mujeres, hispanos, negros, trabajadores en paro y tipos duros de Wisconsin, les importa una mierda si Trump es un descerebrao y su mujer una ex conejita de Play Boy. Les da igual. ¿Por qué? Primero, porque a esta gente  (ni a nosotros) no les puede ir peor; total no tienen mucho que perder. Segundo, porque están hartos de las élites financieras, intelectuales y de los tocapelotas de la industria armamentística provocando guerras en cualquier país que tenga petróleo o similar. Tercero, D. Trump es un showman esperpéntico, pero divertido (a su manera: granjero busca esposa, p.e.), mientras que Hilaria Clinton es rancia como el tocino rancio de Casa Tarradellas, un suponer.
Oigo en tv que al personal le ha entrado el miedo de repente. Donald, el troll is coming. Mentira. La gente tiene miedo siempre. Si hubiera ganado Clinton, es posible que les sobreviviera a tod@s un ataque de pánico al pensar que, a lo peor, a Hilaria C. se le ocurriera penalizar la liposucción genital, esa que tantos quebraderos de cabeza le dio en su día. Vamos, que no. Que está muy claro que ni uno ni otra van a aportar bienestar a los sin techo, sin atención médica, sin escolarización, sin futuro, sin presente, sin amor. Trump y Clinton son dos ruedas del mismo dron asesino (ese que Hillary pensó mandar para eliminar a Assange con el fin de que Wikileaks no la señalara como una de las responsables en lo de Libia o en los asuntos turbios de los SMS). Si señor, ambos son un dron que no es salvador de nada ni de nadie que no sean ellos mismos y sus intereses.
En realidad, con Trump de Presidente, no pasará nada (nada peor, digo, de lo que ya pasó). Todo seguirá como está. Ni tercera guerra mundial, ni ostias. ¿Desde cuándo los candidatos cumplen sus promesas?. ¿Acaso no tenemos a Rajoy como claro ejemplo?. Pues eso, ni muro en la frontera, ni expulsiones multitudinarias, ni na de na.
El miedo, como siempre, será el que cada uno se quiera suministrar a sí mismo. La actuación policial en ese país, ¿no da miedo?, y, hasta ahora, no lo dirigía Trump. La mafia del narcotráfico, el mamoneo chino, las burbujas inmobiliarias, la extorsión, el tráfico de personas, la explotación sexual,  las sectas religiosas pederastas, etc…¿no dan miedo?. Todo ello existe actualmente. Reagan y Bush: Vietnam, Irak, Afganistán  Siria….¿no os dio miedo?. ¿Se paró el mundo, acaso?: no. Pues eso. Trump, al fin y al cabo, es como Caballo Loco: un gran jefe. Él es empresario muyyyy rico, y político a la vez. Hasta ahora,  los otros Presidentes eran «intermediarios», lacayos de quienes realmente daban las órdenes para hacer funcionar la máquina del poder: los Bancos, Wall street y los medios de comunicación. Donald Trump no tiene jefes aparentes. ¿O, sí? Te digo yo, ¿a que ahora viene la secta religiosa de los Abduccionistas de Alpedrete y lo joden todo? Me da igual. Por mí, que le vayan dando. Seguro que le gusta al cabrón.

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