Julián Carcaño Pareja
Militante de Los Verdes
En el pleno municipal del 30 de marzo, el alcalde dio cuenta de la renuncia de la edil socialista África Celdrán, a la que agradeció su labor. No hubo más intervenciones.
Los vociferantes ediles del PP, que tanto habían exigido la dimisión de Celdrán, permanecieron mudos mientras pasaban el mal trago. No sé si alguno de ellos sintió vergüenza por compartir grupo municipal con Eduardo Dolón, “el que no dimite”.
El silencio del PP no era para menos: el día anterior se supo que Eduardo Dolón, Vicepresidente de la Diputación de Alicante y Secretario Provincial del PP, había sido citado en el juzgado como investigado/imputado por el caso de corrupción Vela Mata.
Eduardo Dolón, cuando era alcalde de Torrevieja, no actuó ante la actividad de una discoteca que funcionó sin licencia entre 2013 y 2015 y que presentaba graves deficiencias que suponían un grave riesgo para la seguridad de las personas.
La investigación llevada a cabo por la Guardia Civil, denominada como Operación Vela Mata, apunta a los presuntos delitos de falsedad documental y prevaricación por omisión. Por un motivo de bastante menor gravedad que el caso Vela Mata, el PP pidió la dimisión de África Celdrán.
Pero mientras la concejal socialista ha renunciado al cargo, Eduardo Dolón, que lleva viviendo ininterrumpidamente de sueldos políticos desde que en 1999 le nombrara Hernández Mateo como asesor del gobierno municipal, se resiste a dimitir de sus cargos. Quiere seguir chupando de la teta política todo lo que pueda.
Agarrado a sus sueldos políticos, el aún Vicepresidente de la Diputación se dedica a poner excusas lloronas. Ha manifestado que su citación judicial es fruto de una denuncia interpuesta por el Ayuntamiento de Torrevieja. Normal. Es preciso recordarle que el caso que afecta a la edil del PSOE África Celdrán, reapertura inclusive, también es fruto de una denuncia de concejales del PP de Torrevieja.
También ha dicho que tiene el «apoyo del partido y que esta causa no es comparable a ninguna otra por la que otros cargos hayan tenido que dejar sus responsabilidades, en especial porque está en diligencias previas y ya fue archivada en primera instancia». Pero también fue archivada en primera instancia la causa contra Celdrán, lo que no fue óbice para que Eduardo Dolón pidiera a gritos su dimisión. Estamos en el típico caso de la ley del embudo o doble vara de medir que aplica el PP en los casos de corrupción: los demás deben dimitir a las primeras de cambio, pero ellos no dimiten ni a cañonazos.
En un partido piramidal como el PP, en el que el presidente hace las listas y decide quienes van a ser los concejales y las personas de confianza, es usual que el apoyo del partido que más corrupción produce se mantenga hasta que el imputado entre en la cárcel. Lo vimos en el caso del predecesor de Eduardo Dolón en Torrevieja, para el que incluso el PP pidió el indulto después de ser condenado por corrupto.
El mal trago judicial del PP por la citación judicial de Eduardo Dolón por el Caso Vela Mata, se torna en un auténtico trágala al coincidir con el archivo judicial de la denuncia presentada por el PP contra el Gobierno de Torrevieja por el contrato de alquiler del parque acuático. El juez no ve delito alguno en la delirante denuncia del PP.
Resulta evidente que Eduardo Dolón y otros ediles del PP presentaron esta patochada de denuncia para justificar ante la opinión pública su negativa a apoyar los presupuestos y para intentar desprestigiar al Ayuntamiento de Torrevieja.
El concejal de Hacienda, José Hurtado, fue taxativo: «la bochornosa puesta en escena del PP para no apoyar los presupuestos sólo perjudica a Torrevieja». Pusieron una «excusa fabulosa». Al final, en palabras del alcalde José Manuel Dolón, «lo que era nada, ha quedado en nada».
Lo único que han hecho los del PP, una vez más, es un ridículo fabuloso.
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