Lo sencillo

Se está viendo y comprobando que todo aquello que es sencillo y sin complicaciones no les gusta a los srs. políticos. Parece ser que es lo contrario lo que les agrada, complicar las cosas.
Un día, en una escuela de primaria, el profesor les puso una prueba a los niños, y consistía en determinar cuáles eran las siete maravillas del mundo. Los muchachos se pusieron a trabajar y, pasada una media hora, fueron presentando al profesor sus opiniones sobre dichas maravillas y, seleccionando las que más votos tenían, las nombró en el siguiente orden:
1. El Chichén Itzá. (Méjico)
2. El Coliseo de Roma.
3. Cristo Redentor (Brasil)
4. La Gran Muralla China.
5. Machu Picchu (Perú)
6. Petra (Jordania)
7. El Taj Mahal (Agra, India)
Entonces se dio cuenta de que una niña no había entregado su lista, y le preguntó: «¿Es que no tienes ninguna?». La niña respondió: «Sí, tengo muchas, pero no sé por cuál decidirme». Entonces el profesor le dijo: «Pues léenos las que ya tienes, para ver si te podemos ayudar». Y entonces, la niña comenzó a leer y dijo: «Para mí, la primera es poder ver; la segunda, poder oír; la tercera, poder sentir; la cuarta, poder comunicarme con los demás; la quinta, poder andar; la sexta, poder reír; y la séptima, poder amar». La clase se quedó tan silenciosa, que se podía oír el sonido de un alfiler al caer al suelo y, como vemos, las cosas sencillas y que no se han hecho con las manos del hombre, pueden ser maravillosas.
Yo, cuando veo en los Plenos del Excmo. Ayuntamiento, que sólo se dedican a complicar las cosas y a enfrentarse unos contra otros, o en las Cortes, cuando llegan hasta el insulto personal por querer tener la razón y ver si un grupo machaca al otro con sus insidiosas palabras, me da muchísima pena, y me pregunto: ¿pero por qué en lugar de pelearse con intentos de derribo del contrario, no se ponen a dialogar sobre cualquier tema y sacar consecuencias positivas de dicho diálogo? Pero no, tienen que complicar las cosas de una manera terrible. Un claro ejemplo de esto son los Presupuestos Generales del Estado, que, antes de leerlos y conocerlos, ya están presentando enmiendas sobre la totalidad o se oponen porque los ha hecho un partido u otro. Yo creo que, si estos presupuestos fuesen presentados por otro partido político en la oposición, no tendrían grandes diferencias entre unos y otros, dado que es la Unión Europea la que obliga a que se alcancen algunos índices o porcentajes establecidos para la buena marcha de todos los países que la forman.
Voy a ponerles otro ejemplo: en nuestra Comunidad Valenciana, existen cuatro hospitales de gestión privada, y se ha comprobado que son mucho más productivos y económicos que los de gestión pública. Sin ir más lejos, los plazos de espera para las intervenciones quirúrgicas programadas, mientras que en los de gestión privada dicha espera se encuentra en una media de 30 días, en los de gestión pública, la espera es de 90 días, o sea, tres meses, habiendo una importante diferencia en el número de personas atendidas que, en los públicos. Esto lo tenemos claro, pero ahora, por solamente decisión política y sin tener en cuenta lo que he expuesto anteriormente, todo gira a malgastar nuestro dinero, o sea, nuestros impuestos en cosas inauditas y sin una posición clarividente de estas situaciones, o sea, es gastar por gastar, y encima empeñados hasta los ojos, no sé cómo van a pagar lo que cuestan estos hospitales, ya que los edificios y máquinas son propiedad, en el caso del de Torrevieja, de una empresa americana.
¿Ven ustedes el contrasentido? Tengo conocimiento amplio del funcionamiento de la sanidad pública en otra comunidad y no vean el desastre que llevan y la falta de productividad. No comprendo cómo, siendo tan evidentes, los políticos se empeñan en hacer cosas como ésta aún perjudicando a los contribuyentes. Y no hablemos de la lengua impuesta y obligada del valenciano, con el dinero que esto les está costando. No estarían tan endeudados y tendríamos mejores infraestructuras, por ejemplo en carreteras y comunicaciones.

Carlos García