Soy la madre de Carlos Montesinos Hurtado, y tengo la necesidad de agradeceros, a todas y cada una de las personas, amigas, conocidas y no conocidas, del pueblo y de todas partes de España, incluso del extranjero, que habéis tenido la solidaridad de dejar vuestra firma para ayudarnos en nuestra causa #justiciaparajazmin. A todos los amigos de mi hijo, que son muchos y muy buenos, pues así lo han demostrado, no dejándolo solo en ningún momento. A todas las personas de buena voluntad que han pasado a preguntar, casi cada día, cómo se encontraba, a llevarle una medalla o una estampa de la Virgen, un bote de Aquarius; en las noches de mas frío, le han arropado con un poncho rociero, con bufandas, le han llevado bolsas de agua caliente y un sinfín de cosas más. Y qué decir de esa persona que aparece como una flor en un jardín, que hace nuestro caso suyo, y nos brinda toda clase de apoyos y contactos, con personas en las redes, que nos pueden ayudar. Eres una máquina, Tere, y serás para siempre mi amiga del alma. No me puedo olvidar del benemérito cuerpo de la Guardia Civil, que desde la primera noche que mi hijo se quedo a dormir delante de los Juzgados, se preocuparon de si tenía frío, ofreciéndole si quería alguna manta más y llevándole una botella de agua. También la Policía Local, que muchos fueron a firmarle, ofreciéndole su apoyo. Y qué decir de ese médico voluntario del hospital, que ha sido como un ángel de la guarda, que nos dio mucha tranquilidad; gracias infinitas a Vd., Don Pablo, y a los ATS. Que Dios les bendiga.
Gracias a todas las personas que nos habéis arropado en las manifestaciones que se hicieron, y, cómo no, a ANDRIU VALLE MERINO, que ha sido el autor de esa preciosa canción, que para nosotros ha sido nuestro himno en las dos manifestaciones y que tantas lágrimas ha arrancado del corazón.
Y después de tantos agradecimientos, como soy clara y de no guardarme las cosas, tengo que sacarme la espina que me clavó el sr. alcalde de mi querida Torrevieja. El primer día que se puso mi hijo en el Ayuntamiento, hizo dos pasadas de calle, una hacia arriba y otra hacia abajo, nos vio, lo mismo que yo a él, y aunque no conozca a mi hijo, a mí sí me conoce de toda la vida, y qué menos que se hubiese acercado a preguntar «¿qué pasa? ¿Puedo ayudaros en algo?». Pero no, hizo caso omiso, como si el tema no fuera con él. Es el alcalde de Torrevieja y era un hijo de este pueblo el que tenía un problema. Yo me pregunto: ¿sera que no tiene alma? ¿O será que, como no tiene hijos, no sabe lo que duelen esos desprecios? Dios guarde a Vd. muchos años, pero no como alcalde.
Mari Cruz Hurtado
Dejar una contestacion