Este mes, esta semana, la primicia fue nuestra. El sábado pasado, nuestro templo se vistió de gala acogiendo una celebración solemne, de emoción contenida, entrañable y trascendente al mismo tiempo, sobre todo para las dos personas que dijeron «sí» a la llamada del Señor con todas sus consecuencias. Cuando terminó, Josep pasó por mi lado y, rozándome el brazo, calificó certeramente de «gozada» lo que vimos y escuchamos. Expresión coloquial, sí, pero ajustada y perfectamente comprensible.
Dos muchachos que han ultimado sus estudios de Seminario y Teologado en la Diócesis han sido ordenados diáconos por el Obispo. Se llaman Kamil y Francisco, y tienen 25 y 28 años respectivamente. Francisco es de Alicante y Kamil, el «nuestro», es de origen polaco, pero desde niño se vino a vivir aquí para ser torrevejense como muchos. Sí, «se ha hecho» entre nosotros, su español es perfecto y está preparado y deseoso en línea de salida, para que esta ordenación menor y necesaria, le lleve brevemente a ser ordenado sacerdote de Cristo.
La celebración, presidida por D. Jesús, he de repetir que fue solemne, y la Eucaristía, concelebrada con el Obispo emérito D. Victorio Oliver, el Vicario General, cuatro Vicarios episcopales, nuestro Párroco Arciprestre y no menos de sesenta sacerdotes llegados de toda la Diócesis fue para muchos de nosotros inédita y emocionante. Hubo cuatro diáconos en sus menesteres, asistieron todos los seminaristas de Orihuela y de Alicante y hasta religiosas de cinco congregaciones diferentes. La Liturgia, grandiosa, se vio realzada por el Coro Diocesano, al que se unió brillantemente nuestro Coro Parroquial. Momentos inolvidables por lo que se vivió, vio y escuchó. La etimología de la palabra Diácono, del griego y del latín, como casi todas, quiere decir servidor. Así que, en los puntos fuertes de la Liturgia, esa pareja de muchachos, que saben a lo que aspiran, notaron las manos de su Obispo sobre sus cabezas invocando al Espíritu Santo, y oyeron la bellísima Letanía de los Santos con arreglo al ritual, tumbados en el suelo boca abajo durante quince minutos o más.
A nosotros, laicos orgullosos de haber sido testigos, nos toca rezar con todas nuestras fuerzas para que lleguen a desempeñar pronto su ministerio, como se merece Aquel que los ha escogido. Y claro que ha sido primicia, sobre todo para el creyente.
Luego, después, han venido los del Madrid a llevarse la Liga, para dejarle al Barcelona solamente la Copa del Rey de España, que no quisieran ganarla, paradojas de la vida. ¡Es que los tíos políticos catalanes han aplicado la doctrina Pujol de la inmersión lingüistica tan al pie de la letra, que han fabricado cuatro generaciones de chavales que no saben hablar nada más que en catalán… y a los que se les ha falseado y manipulado la historia! ¡Así cualquiera! Y se quieren ir, claro. Y el Trump que va y se sale de la cueva para acordar con los jeques árabes del petrodólar que ya no van a vender armas a nadie ni financiar a nadie que quiera comprar armas. ¿Será verdad? Y de vuelta por Israel y los palestinos, dice que su asunto lo resuelve enseguida. ¿Será posible? Y lo de la Siria de Asad, problema enquistado de años, que lo solucionará con Putin después de haberles tirado unos cuantos cañonazos gordos. ¿Verdad que sí…? Y el terrorismo que ha vuelto a hacer de las suyas en Manchester hace unas horas… ¿Lo arreglará también? Señor, cuanta miseria… Cuando mi hijo me lo oye contar, así como optimista, me dice invariablemente: «¡papá, es que te lo crees todo!».
JortizrochE
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