Un padre responsable

La adolescencia, tanto para muchachos y muchachas, jóvenes enfrentándose a una nueva vida, a una nueva situación, casi solos ante el peligro, porque no desean consejos ni sugerencias, de nadie o casi nadie, incluso de sus padres, colocan a los adolescentes, en muchísimas ocasiones, en el limbo o desamparados. ¿Por qué esos adolescentes ponen sus vidas en riesgo, y casi siempre sin saberlo? ¿Por amor, por odio, por resentimiento, por envidia, por desengaño, por rebeldía, por carencia de voluntad o raciocionio?
Un joven australiano, dedicado estudiante y muy educado, jamás enfadado con sus padres, con muchos amigos, no fumador ni bebedor, siempre pronto en su casa, amante de la buena música, y totalmente enamorado de su novia que vivía un poco lejos de su pueblo, decidió meterse en un coche y conducir hasta el pueblo de la joven. Después de 30 horas, el padre no recibió noticias de su hijo, ni mensajes, nada de nada, y perfecto conocedor de su hijo, lo comunicó a la Policía, que, conocedora de sus responsabilidades en cuanto a libertad de los individuos, haría lo posible por ayudar.
La conciencia del padre le decía, una y otra vez, que algo le había ocurrido a su hijo mientras conducía para ver a su novia. Decidió alquilar un helicóptero con un amigo piloto, mientras que la Policía continuaba también sus investigaciones. El hijo sufrió un accidente con su coche y fue encontrado inconsciente y malherido, cerca del pueblo de su novia.
La perseverancia y amor de un padre dio frutos y salvó la vida de su hijo.

José Antonio Rivero Santana

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