No todo es ruina, por mucho que deseen tantos agoreros, ni muchísimo menos, en esta ciudad nuestra de cada día. A ver, por esos mundos de Dios sigue en vigor la temida y española «Ley Mordaza», impuesta por el Gobierno actual, y si no que se lo pregunten a los fundadores de la revista satírica «Mongolia»; el secuestro del libro «Fariña…» y el peligro en general de la libertad de expresión en nuestro país. ¡¡Sólo falta que nos secuestren «El Quijote»!! Si a las mujeres y a los pensionistas les acompañaran una buena parte de los jóvenes del país, alguien estaría acojonado ya. Pero, claro, son tan listos los gobernantes que ahora se inventan un debate social acalorado, que no existía, llamado «prisión permantente revisable». Pero sí sabemos deteriorar el sistema público de pensiones metiendo miedo en el cuerpo a la gente y favoreciendo así el sistema privado, sin reflexionar mínimamente que lo que hace falta es una verdadera reforma en profundidad del sistema fiscal. Tampoco Ciudadanos, marca en tendencia, garantiza un sistema digno de empleo y de pensiones. En fin, una mentira todo, y hemos pasado del estado de bienestar social al del miedo generalizado. Y, claro, nos tienen acobardados y acojonados.
Algo es, y mucho hay de verdad, en el hecho de que en nuestro puerto, toda la zona portuaria está integrada en la ciudad desde hace mucho tiempo, y que nadie ha puesto el dedo en el asunto para inyectar no sólo dinero, sino ideas transformadoras de toda la zona. Y la verdad es que si queremos mirar hacia el futuro, el puerto necesita una profunda reforma, sin prisas, pero bien estudiada y entre todas las partes en juego. Una reordenación eficaz de la misma, como bien está planteando en un anteproyecto el actual equipo de Gobierno, prestanto especial énfasis también al futuro del Paseo de la Libertad, buscando una salida eficaz y honesta, es decir, intentando con los medios que se tengan a mano complementar el paisaje con el paisanaje. Puede ser enriquecedor para todos que por fin se pongan las bases para transformar dignamente toda nuestra zona portuaria, porque ese Puerto es todo un Pueblo.
Igual pasa con la cesión a la Generalitat, para que se haga cargo de la valija, del Centro de Discapacitados, que ha estado a punto de deteriorarse todo, por no haberlo gestionado bien en su momento, digo yo. Y como te digo una cosa te digo la otra: menos mal que se apostó por ceder el dicho Auditorio a la Generalitat y han sabido impulsarlo con diversas artes escénicas, que si no… Con un poco de esfuerzo más, abrimos definitivamente o provisionalmente el Teatro Municipal, revitalizamos un tanto parte de la zona centro, y, de momento, misión cumplida con cierta dignidad. Pero hay que seguir reinventando esta ciudad, por bien de todos.
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