El perdón

Bien, es evidente que estra quincena han estado en la pomada informativa unas grabaciones a la concejala del Núcleo Zoológico y demás, Carmen Morate. Personalmente, llegaron a preguntarme que ahora qué iba a pasar. Y manifesté que lo normal es que dieran explicaciones públicamente, y que de no ser así, mucho estaba tardando el alcalde en cesarla, pero no porque lo diga el PP, ¿vale? Carmen ha dado todas las explicaciones que tenía que dar, e incluso ha pedido esas disculpas que casi todo el mundo normal y con sentido común creíamos que debía pedir. Antes de demonizarla y de quemarla en la plaza pública, ha hecho lo que debía. Y no hay nada más. Ha entendido que se extralimitó e incluso que rayó en el abuso de su autoridad ante unos ciudadanos. Pero dicho esto, vengo a decir lo siguiente: ¿Cumple alguien, e incluso la Iglesia de todos, los preceptos de los Mandamientos de la Ley de Dios? Amarás a Dios sobre todas cosas; no tomarás el nombre de Dios en vano; santificarás las fiestas; honrarás a tu padre y a tu madre; no matarás; no cometerás actos impuros; no robarás; no dirás falsos testimonios; no cometerás pensamientos ni deseos impuros; no codiciarás los bienes ajenos… ¿Nadie pide perdón por incumplir todos estos mandamientos? Ni los políticos que roban a manos llenas, de un signo y de otro, ni los cristinanos-católicos y apostólicos que no paran de cometer tanta barbaridad. Pregunto, también por todo lo que ha ocurrido con la manipulación política (y que Dios me perdone) sobre el Museo para uso exclusivo de la Semana Santa, ¿eso no es codiciar los bienes ajenos? ¿La institución eclesiástica no dice nada al respecto? ¿Por qué guarda ese silencio tan cómplice? ¿No pasa nada con eso? Y que conste que yo respeto, o trato de hacerlo, a todo el mundo, sus creencias, su ideología política, su raza, su orientación sexual… Y todo lo que hay que respetar en un ser humano… Porque, dicho lo cual, también puntualizo o matizo que hay seres que no son humanos, ¿eh? Claro, claro, hay que saber perdonar, pero antes de lanzar a nadie al infierno, o lo que sea eso, tendremos que reflexionar, que para algo está el seso. Como somos un país bastante cainita, pues lo que ocurre es que nos encanta, y la historia lo avala, tirar el carro por el pedregal, caiga quien caiga, y todo cuesta abajo y sin frenos. Y la vida sigue. Gracias por la lectura que me dispensan y hasta la próxima entrega, si El Periódico así lo entiende.

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