El PP denuncia la venta «ilegal» de fruta en el Paseo Juan Aparicio

La concejal del PP Carmen Riera ha denunciado que «la degradación de la imagen de uno de nuestros paseos más visitado, el Juan Aparicio, ha llegado a su máxima expresión con la venta de fruta en el suelo», según afirma, «sin ningún tipo de control sanitario». La edil, que mostró fotos de la venta «ilegal» que se viene produciendo en este espacio, acusa al Gobierno municipal de no actuar al respecto para acabar con la situación, «salvo mirar para otro lado».

5 comentarios

  1. El tema tal y como lo veo.
    1º Nos jugamos la vida en altamar para rescatar a esta pobre gente y se muestran agradecidos por ello.
    2º Cuando ya están aquí se establecen mafias para la venta de artículos falsificados y ahora para fruta de «dudosa» procedencia, en agradecimiento al rescate y acogida.
    3º Cuando la sociedad española les exige que cumplan las reglas que tenemos aquí ellos dicen que no, que prefieren seguir vendiendo lo que hemos comentado. Además si viene la policía se juntan todos y les atacan, en agradecimiento al rescate y acogida.
    4º Después de haber atacado a los comerciantes y a la policía, entonces vienen las amenazas de que si no les dejamos hacer lo que ellos quieran vendrán a robarnos, en agradecimiento al rescate y acogida.
    TODO UN EJEMPLO DE INTEGRACIÓN SOCIAL.
    Si quieren seguir viviendo como en sus pueblos que se queden allí.

  2. Le ha faltado decir que cuando uno de ellos muere por causa natural y la Policía le asiste, algunos de los concejales de Ahora Madrid llaman presuntamente al odio en redes sociales.

  3. Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar. A lo que se suma, en este continente, las miles de personas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades. ¿Acaso no es lo que nosotros queremos para nuestros hijos? No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste.
    Los emigrantes son nuestros hermanos y hermanas que buscan una vida mejor lejos de la pobreza, del hambre, de la explotación y de la injusta distribución de los recursos del planeta, que deberían ser divididos ecuamente entre todos. ¿No es tal vez el deseo de cada uno de ellos el de mejorar las propias condiciones de vida y el de obtener un honesto y legítimo bienestar para compartir con las personas que aman?
    Así mismo, cada uno de nosotros es responsable de su prójimo: somos custodios de nuestros hermanos y hermanas, donde quiera que vivan. El cuidar las buenas relaciones personales y la capacidad de superar prejuicios y miedos son ingredientes esenciales para cultivar la cultura del encuentro, donde se está dispuesto no sólo a dar, sino también a recibir de los otros. La hospitalidad, de hecho, vive del dar y del recibir.

  4. Torrado, vamos camino de una Europa rota en cientos de taifas islamizadas.
    Encuentro que hay discursos buenistas dignos de mejores causas.

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