Urgencia o paciencia. Ésa es la dicotomía de moda en los últimos días en Torrevieja. Si bien es cierto que nos hemos acostumbrados a la inmediatez, a tener todo lo que queremos al instante o con sólo un clic, hay cosas que necesitan su tiempo, que requieren un proceso que no se puede acelerar, como la recuperación de una enfermedad, la consolidación de un negocio, la creación de vínculos personales o incluso una buena comida a fuego lento. Es indiscutible que, en algunos casos, la rapidez es vital, como en el reciente rescate en la piscina municipal; pero, en otros, como en los próximos actos de la primavera cultural, serán las semanas y meses de trabajo constante las que nos harán disfrutar de espectáculos de calidad. Sin embargo, en el ámbito político, al parecer no está tan claro. Tal es el caso de la apertura del Teatro Municipal, el arreglo de la fachada del Palacio de la Música o las obras del edificio anexo al Ayuntamiento, asuntos que dependen del Gobierno municipal, que desde el PP urgen a abordar sin demora, pidiendo en redes sociales que los solucionen ya o se vayan. Por su parte, el alcalde pide en estos casos paciencia, alegando que requieren sus trámites y que «no es una situación que dé gusto, pero no puedes hacer nada». No obstante, es desde este mismo lugar desde donde primero se denuncian los retrasos de las obras de Punta Margalla, o el «peligro» de la paralización del paseo del Dique de Poniente; mientras que el PP mantiene aquí un silencio diametralmente opuesto a sus enérgicas reivindicaciones en los asuntos anteriores. Todo depende del cristal con que se mira, o del partido desde el que se mira; y lo mejor para los ciudadanos sería poder aprovechar lo mejor de una parte y de otra. Ya optemos por la urgencia o por la paciencia, hagámoslo con conocimiento de causa y disponiendo de toda la información, y ésta la podemos encontrar en las páginas de El Periódico de Torrevieja de esta quincena.
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