Los plenos del Ayuntamiento

No he llegado a ir a ningún Pleno del Ayuntamiento en persona, solamente he visto alguno por medio de la Televisión Torrevieja, y desde luego que me da verdadera lástima lo que en ellos se puede ver y oír.
El último que estuve viendo fue el extraordinario que hubo sobre las Cofradías de la Semana Santa, y hay que ver la cantidad de ideas preconcebidas y erróneas que se tienen sobre las mismas. Es cierto que éstas últimas son expresión de una religiosidad popular y que, actualmente, cada una es una asociación particular, cuyo registro como tal corresponde al Obispado de Orihuela – Alicante, pero entre esto y la Religión Católica Apostólica y Romana existe una gran diferencia, ya que ésta última recoge a la Iglesia y está regida por la Conferencia Episcopal Española, que depende directamente de Roma.
Para que quede un poco más claro. A la primera pertenece una gran cantidad de personas que, de hecho, no son católicas practicantes, o sea que no frecuentan los sacramentos y, en especial, el más importante que es el de la Eucaristía. Por lo tanto, se definen como creyentes pero no practicantes. ¿Cuántas veces hemos oído decir «yo sí que creo, pero no creo en los curas», o «yo sí que creo, pero eso de ir a misa es un rollo»? Pues aquí tienen ustedes la religiosidad popular, la de las imágenes y los tronos, la de los caramelos, la de los museos, etc., lo que, a veces, no digo que siempre ocurra, pero se puede caer en el hecho de adorar algunas de ellas, que sí son referencias de lo que representan, pero no deben ser objeto de adoración, pues solamente se puede adorar a Dios.
Para muchas personas, la Iglesia es el edificio donde se celebran los sacramentos, en especial, la Eucaristía, por lo que están en un gran error, la Iglesia son las personas que asisten a la celebración de esos sacramentos y acuden a adorar al Señor, o sea, que está representada por más de 1.500 millones de seres humanos, y eso sí es la Iglesia. Ahora sí podrán ustedes observar la diferencia entre éstos y la religiosidad popular.
Y ustedes dirán: ¿y a qué viene esto? Pues es que, en el Pleno antes citado, se estaban mezclando ambas cosas, cuando en realidad, son diferentes, incluso se citaron palabras del Papa Francisco y de San Juan XXIII, claro está, ambos Papas dijeron muchas cosas más de las que se citaron en dicho Pleno. Por ejemplo, San Juan XXIII, que reunió a más de 8.500 periodistas católicos europeos, les dijo que siempre deberían decir o escribir la verdad contrastada y que, además, su misión más importante era la de de formar al lector u oyente, hecho que, en nuestro país, no se da con mucha frecuencia.
Existe una condición que deben tener todas las personas y, en especial, los representantes públicos que deben administrar nuestro dinero con un estricto control del gasto, y es el sentido común, el cual debe ser aplicado en todos aquellos aspectos que determina la Ley. Por poner un ejemplo en nuestro Ayuntamiento, el plazo medio de la rotación de pago a proveedores superaba los 115 días, cuando la Ley determina que esta rotación debe de ser de 30 días. Se nos informa de que la misma ha sido reducida a unos 18 días, y yo me pregunto: ¿por qué? Pues porque han sido advertidos por la autoridad competente de que se estaba incumpliendo la determinada Ley.
Pero vamos al tema del Pleno, el Museo de la Semana Santa. Me parecen que existen 3 plantas sótano y 6 plantas sobre rasante. Solamente he mirado los planos de dos sótanos, que indican que entre ambos ya existen más de 900 m2. Si tenemos en cuenta que hay 18 tronos a 50 m2. cada uno, resultan 900 m2. Con lo que yo creo que existe capacidad para realizar en el edificio el Museo de la Semana Santa, más contando que tienen una planta rasante de recepción y otra planta polivalente de 250 plazas para reuniones y asambleas, pudiendo utilizar, sin gastar más dinero, el resto de las plantas para Guardia Civil, Juzgados y el otro museo de la Sal y del Mar, yo creo que en esta distribución existe sentido común.
Si no fuese así, como digo en el párrafo anterior, se puede hablar, plantear y ver otras opciones, pero sin llegar a las discusiones violentas, en las que se habla de odio, rencor, etc. Dos grupos pueden ser adversarios y tener distintas opiniones, pero siempre existe un punto de acuerdo al que nos lleva el sentido común, solamente se trata de compensar las cesiones de unos y los otros.
En una ocasión, hablé de esto con un político actual y le manifesté que no me gustaba la política por las formas de proceder unos y otros, y me contestó que eso no tenía importancia y que eso era así.
Lo siento, pero no le veo a esta forma de proceder el sentido común.

Carlos García

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