El dolor es un compañero de viaje nada agradable, pero que en muchos momentos se sienta junto a nosotros en el trayecto de la vida. A veces, tenemos que dejar que nos acompañe, especialmente en procesos de duelo por la pérdida de un familiar o un ser querido. Pero muchas veces está en nuestra mano hacer que se vaya de nuestro lado o que, por lo menos, nos haga el viaje un poco más llevadero. De eso tratan las III Jornadas de Fibromialgia que lleva a cabo la asociación Asimepp, de buscar formas de aliviar la carga a todas aquellas personas que conviven diariamente con un dolor que no se ve, pero que está ahí. A menudo, para quitarnos de encima lo que nos molesta o nos hace sufrir, tenemos que pasar una molestia que parece mayor, pero que es transitoria, y por eso muchas veces nos anclamos en el dolor, o mantenemos en nuestra vida aquello que nos molesta, por mucho que nos quejemos. Sin embargo, la gran mayoría de las veces vale la pena sufrir para no sufrir más. Éste es el caso cuando tenemos que operarnos, ir al dentista, aprender a hacer algo que no sabemos y que requiere esfuerzo, olvidarnos de una persona que no merece la pena, llevar una vida más saludable, someternos a un tratamiento… En las calles de Torrevieja, sufrimos ahora también las molestias de las obras de la Plaza de Oriente, para no seguir sufriendo el traqueteo de adoquines y padeciendo socavones en unas calles gravemente deterioradas. Las recién iniciadas obras, a las puertas del verano, son una molestia de la que algunos se quejan, pero de la que otros dicen que podría continuar en otras calles del centro. Y es que las molestias, si son productivas (y si cumplen los plazos establecidos sin eternizarse), no sólo son soportables, sino necesarias; en todos los ámbitos de la vida.
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