Han pasado cuatro semanas y poco ha cambiado. Ni se ha ido, figuraos, queridos lectores/as, ese viento fresquito que te baja del galillo hasta la mismísima barriga, inundando despacito y suavemente bronquios y pulmones. Naturalmente, no desaparecen las flechitas de la tele y, por eso, yo en venganza no he guardado mi juego de bufandas.
Y no ha cambiado casi nada. Contemplamos en este mundo tan complejo, mejor oímos, estupefactos, un formidable carillón. Un ruido, a veces sordo, otras veces agudísimo, un silencio solemne que te acobarda… Todo está acordado, ajustado y puesto a punto con absoluta precisión. Las cosas se suceden como si cambiaran. Pero, por lo visto, estamos equivocados todos, menos el Lampedusa famoso por la frase que «esculpió» como definitoria. Si algo cambia o cambiara, sería para que todo siguiera igual. Sin advertirlo, quizás, de que se estaba refiriendo a la vida misma.
Porque se para la guerra infame en Siria que se reanudará cuando a Rusia o Turquía les interese, pero empiezan otra vez las pedradas y los tiros en Gaza, con muertos que son inexorablemente de los que tiran las piedras. Y asimilando el Brexit, eso dicen, llegan los nuevos gobernantes italianos con sus propuestas antieuropeas, sin dar la cara, que es peor. En España llevamos horas y horas de debates de presupuestos, aprobados ya, aunque se cierna sobre ellos el PNV y el 155 que viene a ser lo mismo. Con vergüenza para los dos partidos ¿mayoritarios? ¿constitucionalistas? que han debido pagar siempre un apoyo a quien te ha exigido casi derecho de pernada. Por cierto, hablando de presupuestos, he leído el calendario de los nuestros, de los municipales para el 2019, y que abarca todo lo que queda de año. Un programa informativo que se agradece, aunque yo, como es natural, no vaya a impugnar ni una coma. Lo digo en serio.
Y Rusia, que aupó al rampante Trump, su enemigo íntimo y por lo que se sabe ahora y se sospechó en su momento, también haciendo favores al independentismo catalán. Putin, colonizador ideológico sempiterno allá donde puede, desde 1917 (es criatura de lo que aquello fue). Vean las democracias populares o totalitarismos que todavía quedan. Cuba, Venezuela, y Zapatero, que es miembro del Consejo de Estado de España, ¿con sueldo?
Y el PSPV, acusado bajo sospecha de corrupción. Tranquilo, que esta misma mañana ha sido detenido Zaplana. ¿Ven como todo viene, se va y vuelve?
Y otro estudiante en EEUU ha matado a una decena de compañeros, en otro colegio, y que será la última vez, que para eso les llegó el rampante. Y otra mujer, ojalá me equivoque, está a punto de ser asesinada en nuestra España machista… ¡Qué tíovivo sigue y seguirá pasando ante nuestros ojos!
He dejado para el final la renuncia de todos los obispos chilenos ante el Papa y a requerimiento de éste, por los casos continuados consentidos e ignorados de pederastia. Muy mayor es el Papa, pero recemos sin descanso para que Dios le dé fuerzas y termine con esa lacra que arremete con agravio insoportable a nuestra Iglesia haciéndole un inmenso daño. Acabo con una definición nueva para mí, me encantan todas, de la palabra conciencia.
Les ha entregado a todos y cada uno de ellos un documento que les sirviera de reflexión y examen y señalándoles que la raíz de sus problemas era «haber pretendido con su vivencia eclesial suplantar la conciencia de los fieles», olvidando una enseñanza del concilio Vaticano II. «La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está sólo con Dios».
PD.: Y, como verán, de Torra y Pablo con Irene, ni palabra.
JortizrochE
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