Queridos torrevejenses, no es la primera vez que escribo en estas páginas, siempre en tono crítico y constructivo evidentemente (mande quien mande). Dicho esto, corrían los veraniegos días de mediados del mes de julio, yo pasaba unos días en Torrevieja, donde tengo un apartamento, y se me ocurrió preguntar a un amigo que estaba seguro sabría algo (por su trabajo) al respecto, ¡¡¡cuándo eran este año las Habaneras en la Playa!!!, y me contestó: «este año, Ramón, no hay nada programado». Me quedé a cuadros. Yo pensé: «¿Cómo es posible que una tradición tan arraigada en Torrevieja se deje de lado en una ciudad donde «crecen canciones como las flores en un jardín» (eso dice al menos la letra de su himno). Pues así fue, el día 14 de los corrientes no hubo nada oficial en materia coral, pero sí hubo un testimonio de un grupo de «valientes y valientas», como se dice ahora -y que suena horroroso, dicho sea de paso-, que, desafiando a todo, incluido al tiempo, pues nos cayeron algunas gotas de lluvia de eso que llamamos barro africano, cantaron habaneras en la Playa del Cura «a capela»; queridos torrevejenses, ¡¡¡¡ya tiene su merito!!!!, ¿eh? El mismo «demérito» que tienen los responsables de estos eventos, por eliminar tradiciones tan singulares como son las habaneras en la playa del Cura en Torrevieja.
Podríamos traer a colación la tan manoseada «Memoria histórica»… Pero no termina ahí el asombro, porque la mañana del domingo día 15 de julio, víspera de la festividad de la Virgen del Carmen, al mediodía, marché a la zona de la lonja en el puerto, donde tradicionalmente se hacía una paella gigante que amigablemente comíamos allí, regada con unas cervezas que también nos servían para acompañar a la exquisita paella. Pues bien, señoras y señores, eso también ha desaparecido… Preguntamos a alguien cercano sobre el tema y nos dijeron: «Sí, ya llevamos unos años que no hay nada de eso, lo hacía el Ayuntamiento, no la cofradía de pescadores». Más memoria histórica…
Dicho esto, sólo me queda hacer una reflexión: «Quitar a un pueblo sus tradiciones, y máxime de este tipo, quiero decir que no hay, como en otras, maltrato animal, que hieren sensibilidades de las personas, por el sufrimiento animal o el por trato indebido a estos, eso sí lo entendería cualquiera, ¿pero estas dos aquí expuestas, sres.? Por favor…
Por si les sirve de algo, les diré: En Torrevieja, como yo, hay miles y miles de gentes de toda España y del mundo, que pagan religiosamente todos los servicios los 365 días del año, luego venimos unos días nada más el que puede… y «no consumimos servicios municipales». Con eso quiero decir que un plato de paella al año y una agradable velada en la playa viendo y escuchando a los coros cantar «Golondrina de amor» o sacar el pañuelo para saludar a la Bella Lola, ¿cuánto vale, sres. mandatarios? Eso a los que escogimos esta bella tierra como segunda residencia nos escuece, pero a los nativos, yo diría que les duele y mucho, al menos así lo expresaban el día 14, en la playa del Cura… Evidentemente, esto es mucho más grave, porque a la mayoría de los que hago referencia les nacieron los dientes viendo y escuchando HABANERAS EN LA PLAYA.
Ramón Casanova
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