Un poco de futuro

Es evidente que nuestra ciudad necesita con cierta prisa, y con muy buena dosis de agudeza, además de disponer de las herramientas necesarias para reconducirla por una vía en la que se vislumbre ese cambio por el que tanto estamos gritando la mayoría de ciudadanos. Hasta ahora todo ha sido (y con buen criterio) ir rebajando la deuda pública y los intereses de aquellos que nos dejaban los cuartos para hacer faraónicas obras que el tiempo nos ha dado la razón a más de uno: no servían para nada, para nada de gloria para la ciudad, para un progreso mal entendido. Porque, ¿cuál es el porvenir de esta ciudad? Perdónenme, pero yo no lo veo, y no soy de los pesimistas que andan por ahí repitiendo hasta la saciedad las mismas perogrulladas. Si no lo he entendido mal, y mi vista se ha hecho medio cegata, se han ido parcheando asuntos peliagudos, pagando muchos billetes en demandas particulares o empresariales ganadas en el Juzgado, digamos que de ejercicios económicos anteriores, o sea, de atrás, atrás, un poco más atrás y muy atrás: Y políticas económicas muy restrictivas y de recortes emanadas de Gobiernos centrales anteriores. Probablemente el nuevo Gobierno central caiga también en las mismas políticas un poco más endulzadas, eso sí. Y si a eso le añadimos, en nuestro caso y casa, caminar con presupuestos prorrogados… Pues poco margen queda, digo yo.
Pero a lo que iba, que nos estamos quedando prácticamente sin playas, es decir, tenemos las mismas pero absolutamente masificadas. Y vivimos del turismo, del sol y las playas. Y como eso es lo que hay, debemos devanarnos los sesos para ir mejorando o creando o reinventando este sector. No he visto movimiento alguno con respecto al paseo desde el Puente de la Sal hasta el mismísimo Ferris. No he visto movimiento alguno en buscar soluciones a esa parte de nuestra costa (Náufragos hasta Ferris) para ir creando espigones y al mismo tiempo el resurgir de nuevas zonas para el baño. No sé si sería viable o no. Sé que no ha habido movimiento al respecto, creo. Porque lo que significa la reorganización de la fachada marítima va a ritmo lentísimo. Creo, con modestia, que esas dos actuaciones formarán parte el futuro de la ciudad, y a ello debemos dedicarnos con todo nuestro empeño y fuerza, dejando el sectarismo o el sesgo partidista en un rincón. Pero, desafortunadamente, no creo que esto llegue a producirse. Al menos, podría intentarse, digo yo.

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