¡Oh, Torrevieja… Si algún día llego a olvidarme de ti…!

Desde hace demasiado tiempo, el Ayuntamiento de Torrevieja está en manos de intereses personales, de ideologías de nula aplicación en la política local, en manos del rencor y del revanchismo.
Muchos de nuestros políticos llevan ya años, lustros, los hay que incluso más de tres décadas, dentro del Ayuntamiento, literalmente atrincherados. Representando a diferentes siglas y cambiando de ciudades para presentarse a las elecciones municipales. ¿Qué más da dónde lo hagan si el interés es personal?
Unos inauguran edificios que jamás son utilizados o que apenas abren, mientras otros clausuran parte de nuestro patrimonio que sí era disfrutado por los ciudadanos, nuestro teatro, servicios de los centros de dia de nuestros mayores, escuelas deportivas de nuestros hijos… ¿mala gestión? ¿Intereses ocultos?
¿Es realmente necesario castigar a los ciudadanos de Torrevieja para evidenciar la gestión irregular de los Ayuntamientos anteriores? Yo creo que no.
Algunos apenas recuerdan las profesiones a las que escasamente se dedicaron antes de entrar en política y otros jamás desarrollaron profesión alguna antes de comenzar a administrar ¿nuestros intereses?
Las demandas judiciales circulan sin control en todas direcciones. ¿Cuántas parejas, cuántos menores, que son el presente y futuro de nuestra ciudad, sufren los daños colaterales y quizás nunca se recuperen de tanto odio?
¿Y puede admitirse que los funcionarios no cobren por su trabajo, por su mayor esfuerzo en la labor de servicio público? ¿Que se les sigan haciendo promesas que no van a ser cumplidas, creando falsas expectativas económicas en ellos y en sus respectivas familias?
¿Y que los ciudadanos sólo reciban la indiferencia que todos los partidos les prometieron que no recibirían?
Como consecuencia lógica de todo ello, existe una desconexión absoluta de nuestros políticos con la sociedad en general y con la de Torrevieja en particular. Hoy día, existe una separación absoluta entre la realidad social torrevejense y su sistema político, o, como hubiera dicho Ortega y Gasset: «una gran separación entre la Torrevieja vital y la Torrevieja oficial».
Algo absurdo cuando, precisamente, constituyen pilares fundamentales sobre los que debe descansar la política local la conexión y la interacción con la ciudadanía, ya que es la única manera de alcanzar una gestión eficaz y eficiente que resuelva nuestros problemas cotidianos.
Esta desconexion provoca una falta de sensibilidad hacia los problemas de la ciudadanía, quedando clara con las subidas y los intentos de subida de sus salarios y las compatibilidades económicas «autoconcedidas»…
Los torrevejenses no podemos, no debemos permitir que nuestra gran ciudad siga siendo considerada como una vaca lechera ordeñada por los políticos, pastando sin rumbo y sin futuro, y que el Ayuntamiento sea el cencerro que suene, suene, y siga sonando: DOLÓN-DOLÓN-DOLÓN…
El Ayuntamiento de Torrevieja lleva demasiado tiempo en manos de intereses personales, en manos del rencor y del revanchismo…
Los ciudadanos de nuestra querida Torrevieja debemos tomar conciencia de la gran oportunidad que nos brinda el 26 de mayo para cambiar esta mezquina y lamentable situación política.
Necesitamos políticos locales cuyas decisiones estén por encima de los cálculos de la lucha partidista y las dirijan a la mejora de nuestra ciudad.
Debemos llenar las urnas y apostar por la regeneración. A un Ayuntamiento disparatadamente desunido deben sucederle unos ciudadanos unidos.
C’s de Torrevieja debería liderar el cambio, ya imprescindible, en nuestra ciudad, y, para ello, y con el escenario actual, C’s debe ser consciente de que la ciudad salinera es una de las más importantes de la comunidad. Debe hacerse eco de la opinión generalizada que la ciudadanía torrevejense tiene sobre su equipo, del que ha trascendido su extraña y no deseada situación de división interna en estos casi cuatro años.
El partido debe reaccionar con un cambio profundo, consiguiendo un gran equipo de personas capaces, con voz propia y con el suficiente peso específico en nuestra ciudad, que evite con contundencia la manipulación proveniente de los despachos de otras formaciones en vías de extinción.
…Y, por supuesto, siendo coherente con una de las líneas maestras del partido: «regeneración y destierro definitivo de la vieja política».
Debemos conseguir un Ayuntamiento con menos políticos profesionales y más profesionales venidos a la política, con vocación de servicio público, con maletas llenas de capacidad de gestión, de ilusión, imaginación y voluntad de diálogo productivo del que salga la respuesta correcta a las nuevas dinámicas sociales y un proyecto de ciudad sostenible que lleve a Torrevieja, por fin, al siglo XXI, que lleve a esta magnífica ciudad, de extraordinario potencial humano -donde conviven gentes de todos los rincones del mundo que la enriquecen y ennoblecen día a día-, al lugar que le corresponde en España, y en el resto del panorama turístico internacional.

Fragmento del lamento de los cautivos:
«Si un día me olvido de ti,
si no te pongo, oh Jerusalem, (Oh Torrevieja)
por encima de mi propia alegría…»

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