La vorágine de las fiestas ya pasó, dejándonos su cara y su cruz. Por un lado, las calles a rebosar de rostros ilusionados esperando la Cabalgata de Reyes, que volvió a dejar su estela de magia en todos los rincones de Torrevieja, poniendo así el colofón al amplio abanico de actividades organizadas con motivo de la Navidad. Por otro lado, las fiestas nos mostraron su cara más amarga cuando el joven Henry Alejandro Jiménez Marín no volvió a su casa en Orihuela Costa tras las celebraciones de Nochevieja. Familia y amigos se empeñan a fondo en su búsqueda, organizando concentraciones a las puertas del Ayuntamiento de Playa Flamenca y batidas para localizarlo con la colaboración de Protección Civil de Orihuela y de todos cuantos deseen sumarse, con la esperanza -que aquí también compartimos- de que aparezca sano y salvo.
Comienza así un nuevo año. Todo vuelve a la normalidad, y cada cual a su rutina. De cara a este 2019, que, además, se presenta como año electoral, se desempolvan grandes proyectos como el tren, la llamada «residencia para disminuidos físicos y psíquicos» (ahora cedida a la Conselleria de Igualdad), o la remodelación del Dique de Levante y el paseo de La Mata; mientras que el PP, en la persona de su secretario general Joaquín Albaladejo, pide a 2019 simplemente «que Torrevieja tenga alcalde». Iniciamos el año con bastantes incógnitas, que ya no tardarán mucho en resolverse, y siendo conscientes de que la vida es una rueda, y lo que arrojamos desde lo alto puede caer con fuerza sobre nosotros mismos al volver abajo. Y aún pueden quedar muchos giros inesperados por sorprendernos. Estemos preparados para todo, porque en estas fechas cualquier cosa puede suceder.
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