El Periódico de Torrevieja nº638

Un nuevo cambio repentino vuelve a trastocar el devenir de los acontecimientos. La convocatoria de elecciones generales para el próximo 28 de abril es la prueba fehaciente de que los cambios de ciclo se suceden cada vez con mayor rapidez en la sociedad en que vivimos, que cada vez acelera más el ritmo. Valga como muestra que, recién convocadas las elecciones, ya estamos prácticamente inmersos en la campaña electoral (una campaña que, además, se suma a las de las municipales, autonómicas y europeas previamente convocadas para el 26 de mayo; y a las que, por cierto, el candidato local del PP, Eduardo Dolón, llegará sin que pese sobre él ninguna imputación judicial). En esta campaña electoral «exprés», no será difícil que nos lleguen mensajes rápidos, escuetos y pegadizos, que prometen una solución relativamente sencilla a problemas graves y enquistados. Lo más fácil cuando hay un problema es echar la culpa al vecino, al compañero, y hasta a entes esotéricos, pero la realidad suele ser más compleja. Nos quejamos de que los niños están pegados a la tecnología; pero nosotros mismos no les hacemos caso hipnotizados por el móvil; nos quejamos de la pérdida de valores de los jóvenes, y a la vez en televisión elegimos ver -y alimentar- modelos cada vez más grotescos; nos quejamos de la precariedad laboral, pero también de los cierres comerciales en domingos; nos quejamos de nuestros problemas de salud, pero no estamos dispuestos a adoptar hábitos saludables… En su lugar, siempre asumimos que la culpa es «del otro» o de la «mala suerte», y confiamos en productos milagro o consejos de medio pelo… que luego nunca funcionan, o nos dejan peor de lo que estábamos. Lamentablemente, una mejora profunda nunca podrá venir por un camino rápido y fácil, como muchos, a buen seguro, nos intentarán hacer creer en estos meses. Nos toca ahora estar muy atentos para no caer en sus trampas.

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