No hay otras cosas en las que pensar

El otro día, estando escuchando Radio Torrevieja, me encontré con la tertulia de los viernes y la verdad es que solamente conocía a dos o tres personas de las que allí estaban, pero escuché cosas interesantes; por ejemplo, la propuesta de retirada del título de Hijo Adoptivo al señor Trillo y la exigencia de que devuelva la medalla de oro que, en su día, se le entregó, por parte del señor de Izquierda Unida, que ruego me perdone pero no recuerdo su nombre, pues no soy persona metida en política y no conozco a la mayoría de los componentes del actual gobierno del Excmo. Ayuntamiento de nuestra ciudad. Al oír esto, me vino un pensamiento y que es el siguiente: Cuando hay elecciones políticas, votamos por aquellas personas que creemos lo pueden hacer mejor por nuestra ciudad, sea un solo partido o un conjunto de ellos, como actualmente existe; luego, es la mayoría de las personas de la ciudad las que están siendo representadas en dicho grupo gobernante. Si dicho grupo realiza una acción, sea del tipo que sea, ha sido respaldado por una mayoría de ciudadanos, y pienso que el despreciar estas acciones después de varios años no es correcto ni ético. Además, me pregunto: ¿es en estas cosas en las que pierden el tiempo algunos políticos? Lo veo lamentable.
También escuché decir al señor candidato del Partido Socialista que pretende municipalizar todos los servicios del Ayuntamiento, como la limpieza, el transporte y alguno más, o al menos así lo entendí yo. Yo le aconsejaría a este señor que leyese el libro “La economía de la democracia (1976 – 2016)”, donde intervienen en primer lugar D. Carlos Solchaga, en segundo lugar D. Pedro Solbes y en tercer lugar D. Luis de Guindos, coordinados por Miguel Ángel Noceda, luego pienso que los dos primeros serán conocidos de éste señor, pues han sido ambos ministros del Partido Socialista. En dicho libro podrá leer los motivos que tuvo el señor Solchaga para privatizar todo lo que le vino a mano, pues, desde toda la banca pública hasta las empresas del INI fueron privatizadas por este señor, contemporáneo del Ministro de Economía señor Boyer (que en paz descanse), el cual nacionalizó las empresas del grupo Rumasa, no por una medida política, sino administrativa, pues dicho grupo tenía dieciocho bancos pequeños que estaban financiando las empresas del mismo grupo, y los informes del Banco de España indicaban un camino a la quiebra total, con el consiguiente perjuicio para desestabilizar todo el sistema financiero de nuestro país. Posteriormente, todas las empresas de dicho grupo, en su mayor parte, fueron nuevamente privatizadas y las que no se pudo, las liquidó el gobierno con el consiguiente coste económico que esto representó.
Como puede ver, los pesos pesados de este partido político no son amigos de nacionalizar y sí de privatizar, por lo que le aconsejo que se lo piense.
He estado cuarenta años en un grupo financiero y he pertenecido a tres equipos directivos del mismo, por lo que conozco la empresa privada y la pública y solamente le voy a dar un dato, que seguramente usted ya conoce, pero, por si no es así, sepa usted que, en nuestro país, los empleados públicos superan a los privados y, a pesar de eso, les podemos mantener. Puede llamarlo usted eficacia o eficiencia, pues son ambas cosas aunque tengan diferentes significados.
En la revista de Vista Alegre he podido ver esta semana algunos datos del Presupuesto del Excmo. Ayuntamiento para el ejercicio del 2019, y no me parce mal lo que en ellos se indica, pero sí que echo de menos algunas partidas que, para mí, son más necesarias que algunas de las que se detallan en dicha información. Somos la ciudad que menos gasta en Asistencia Social, al menos, es lo que se publicó hace poco y, además, fuimos catalogados como una de las ciudades más pobres de nuestro entorno, por lo que, a mi modesto juicio, veo poca inversión en el fomento del empleo y ninguna en asistencia social, pues, ante el hecho de que este ejercicio pasado se hayan creado más de 500.000 puestos de trabajo, aún quedan 3.300.000 parados que dependen de un subsidio de poco más de 400 euros o de que Caritas y otras organizaciones les den de comer. También veo el detalle de que casi 2 M. de euros vayan a productividad, es posible que no lo entienda bien, pero me parece excesivo.
Con referencia a los PGE (Presupuestos Generales del Estado), hace dos días que el Banco de España anunció que la subida del salario mínimo interprofesional a 900 euros va a suponer la pérdida de empleo para 125.000 personas. Espero que no tenga razón, pero, si es así, va a ser muy lamentable.

Carlos García

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