Dicen que el ser humano, antes de hablar, comenzó a comunicarse con ruidos aprovechando cualquier cosa que encontraba a su alcance. A lo largo del tiempo fue perfeccionado esos ruidos y los convirtió en sonidos.
Una vez supo mezclar los diferentes sonidos consiguió que le sirvieran para su comunicación con los demás. Pudo alertase de los peligros, pudo localizar a sus compañeros, pudo usarlos para cazar e incluso para danzar alrededor de una hoguera.
Fue diseñando instrumentos que emitieran sonidos diferentes, unos con los pies, otros con las manos y otros con la boca. Fue utilizando los materiales más nobles que fue encontrando: maderas, pieles, metales… Hasta que llegaron los grandes artesanos que nos dejaron su legado.
Con la llegada de las nuevas tecnologías, empezaron a convivir los instrumentos artesanales con los electrónicos.
Hoy, en abril del año 2019, D. José Francisco Sánchez, director de la Orquesta Sinfónica de Torrevieja, nos acerca a lo clásico y a lo moderno.
Con la amabilidad que le caracteriza, me ha permitido asistir a los ensayos previos al concierto, pudiéndome mover con libertad entre los músicos, tomando nota de sus directrices, observando su comportamiento con sus dirigidos. Aunque yo pensaba que resultaría una molestia para ellos, mi presencia no distrajo su concentración.
En este concierto del 6 de abril de 2019, una orquesta con 72 profesionales de la música nos acerca a nuestras emociones más íntimas. Nos hará soñar, nos hará estremecernos, nos hará llorar y nos hará pasar un par de horas difíciles de olvidar.
Para hablar del repertorio y de sus autores, se necesitarían páginas y páginas, pero las sensaciones serán: Volar por las sabanas de África, navegar en un transatlántico, estar en el interior una catedral o pasear a la luz de la luna junto a nuestro gran amor.
Todo esto lo percibirán los asistentes al concierto y ellos mismos experimentarán sus propias emociones.
Mis emociones han sido poder conversar con Lucía España, una niña de 16 años que canta como los ángeles. Poder conocer a una violinista de Taiwán, de nombre Tai-Ling Chi. Compartir momentos del ensayo con Rosa Rodríguez, una chica de Badajoz, con cara de niña pero que toca el arpa con una dulzura exquisita. Pero mi mayor emoción es ver a José Francisco.
Hablar de un director de orquesta es muy complicado. Suelen ser personajes muy particulares y de difícil acceso. Pero hablar del hijo de un amigo es muy fácil.
Conforme pasa el tiempo, mi admiración hacia ti es mayor por el trato que mantienes con tus compañeros de trabajo, la sencillez en tus palabras hacia ellos, tu generosidad con el tiempo que les dedicas. ¡Eres el último en abandonar el escenario!
Pero lo que no verán los espectadores son tus gestos. Para su desgracia, les das la espalda, pero a mí me has dado la oportunidad de observarte durante más de tres horas de ensayos.
Sentir la música no es sólo percibir un sonido agradable o confortable, es entenderla en su totalidad.
Imaginen un gesto de firmeza o el esbozo de una sonrisa al compás de los sonidos. Imaginen una mirada relajada ante la tensión de compaginar setenta instrumentos, pero, es más, tener la capacidad de oírlos todos a la vez y no enfadarte cuando alguno comete un error.
Agradecerte otra vez la oportunidad de ver algo que muy pocos lo podrán hacer.
Agradecer a la dirección de la Orquesta Sinfónica de Torrevieja haberme permitido estar entre bastidores. A la buena recepción que me hacen Pelayo Mellado o José Vicente Berná.
Agradecer a Pepe Sánchez, padre del director, compañero de trabajo y amigo, el esfuerzo que haces por ver a tu hijo ser feliz en su trabajo.
Organizar un concierto de «Bandas sonoras de películas» es altamente complicado y lleno de dificultades burocráticas. Alguien pensará: «¿por qué éstas sí y éstas otras no?». El mundo del cine está lleno de grandes melodías y todas no se pueden reducir a una hora y media.
Disfruten del concierto y, si no han podido, a pesar de que J.V. Berná vea difícil repetirlo en breve, me da a mí cierto cosquilleo que esta música gusta a todo tipo de personas, incluso a los que jamás la oyeron y por lo tanto… ¡Se repetirá pronto!
Manuel Gómez-Pardo Bellod
5 de abril 2019
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