Europa

Sí, estamos de acuerdo. Europa y sus directivas influyen mucho en el discurrir de nuestras vidas, y nos dicen que nos percatemos de la importancia de estas elecciones. Se nos insiste para evitar que caigamos en la tentación de no acudir a la cita, aunque vayan de la mano de las municipales, que las entendemos mejor. Con ésta son ocho las veces que se renueva el Parlamento Europeo y, por tanto, acceden a él, nuevos hombres y mujeres que lucharán denodadamente por llegar a acuerdos desde mínimos que mejoren el status de los ciudadanos. Estando la situación en estos momentos, digamos, incómoda, por lo menos esperemos que no se tiren los trastos a la cabeza, como desgraciadamente sucede en nuestro país, sitio horrible para gozar de un mínimo respeto hacia el otro u otros, que son iguales entre sí. Europa se ha hecho muy mayor, pero, gracias a esta Unión, el continente es un remanso de paz. No hay zona del mundo con mayor prosperidad y bienestar, relativamente, porque todo es relativo, pero deseado por los que no están y quisieran compartir. Es, ha sido, la voluntad de los pueblos europeos que han deseado la libertad para todo y para todos; circulación de bienes servicios y personas, y, por tanto, esencialmente un mercado total, libre e igualitario. La pata que le falta es la de la solidaridad para los desesperados que llaman a sus puertas, a la sazón, problema no digamos irresoluble, pero sí difícil y espinoso de gestionar. Sobre todo, teniendo en cuenta la aparición, no de hoy, de partidos políticos emergentes, con otras perspectivas, y otras expectativas de actuación. No se sabe si le dan mayor o menor importancia a considerarse de derechas o de izquierdas (tan simplista) y, como todo lo que empieza gestándose, se hace mayor con buenas o malas consecuencias, se les llama nacionalismos, populismos, radicales rabiosos, etc., con su aparente diseño para solución de los problemas. Si decimos que Europa ha tenido desde tiempo inmemorial afán de evangelizar y colonizar en el buen sentido de la palabra al mundo que la rodea, que es todo el mundo, parece que ahora no podrá seguir siendo así, pues esa sana ambición se le ha ido de las manos. Valores cívicos y religiosos, y también los derechos humanos, están puestos en entredicho. Por otra parte, hay potencialmente, y me refiero a lo económico, inevitable por supuesto, tres países que marcan el compás del mundo y también, por supuesto, de nuestra vieja y buena Europa. Las ambiciones de poder omnímodo de EEUU, Rusia y China no podrá terminar bien. ¿Se empieza con la guerra comercial y se termina con la otra…? Dios no lo quiera. Por lo pronto, y para terminar sonriendo, el Huawei del que me sirvo sin mucha destreza no sé si valdrá una vez que se cumpla la moratoria que el otro gigante Google le ha dado sobre el desenganche del sistema operativo. No entiendo nada, salvo que otra de las consecuencias ha sido el desplome de las bolsas.
Pero anímense. El domingo a votar y pelillos a la mar, que queda bien.

JortizrochE

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*