La música nos vuelve a unir

El sábado 11 de mayo de 2019 se cerró la temporada de conciertos de la Orquesta Sinfónica de Torrevieja.
Como colofón, Música Española, de autores de diferentes lugares de esta gran nación llamada España.
La pieza estrella, “El concierto de Aranjuez”, del maestro Rodrigo, interpretada a la guitarra por Daniel Casares, un malagueño de puras raíces flamencas, pero con una sensibilidad especial para fusionar lo clásico con su sentimiento andaluz.
El Auditorio estaba a rebosar de todo tipo de espectadores, extranjeros y nacionales. No sabría decir cuántos de cada uno y de cuántas nacionalidades, pero bien merece decir que hacía honor a su nombre, “Auditorio Internacional de Torrevieja”.
En los momentos convulsos que vivimos, llenos de ideologías, de fanatismos y de imposiciones lingüísticas, la noche del sábado sólo tuvo un idioma común y que todos entendíamos… LA MÚSICA.
No hay nada mejor, ni mejor lenguaje, para unir a las diferentes civilizaciones que el sonido de la música.
Ya lo anticipó Steven Spielberg en su película “Encuentros en la tercera fase”… si nos tuviéramos que comunicar con seres extraterrestres, lo haríamos a través de la música… Y si éstos hubiesen escuchado este último concierto, habrían quedado fascinados como quedamos todos los presentes al mismo.
La música clásica española está llena de grandes emociones y sentimientos. Son continuos vaivenes que nos alteran el ánimo entre la melancolía y la sobre-exaltación, te relajan a la vez que te llenan de euforia hasta romper en estruendosos aplausos.
No hay mayor instrumento español que la guitarra. Difícil de tocar y difícil de adaptar a las sinfonías clásicas. Pero en este último concierto, Daniel Casares puso toda su alma para que la melodía sonara de manera entrañable y sublime.
La Zarzuela, ese mal denominado género chico en la música clásica, está lleno de grandes pasajes de nuestra historia, engalanados por grandes composiciones musicales, y nadie mejor que nuestro director, José Francisco Sánchez, para elegir con exquisita sutilidad los más emocionantes.
Este concierto quedará por siempre para el recuerdo de los asistentes, siendo una lástima que la capacidad del Auditorio esté limitada a 1.200 butacas, pues, si hubiese sido mayor, más personas hubiesen venido.
Tengo entendido que Televisión Torrevieja grabó el concierto y que la directiva de la O.S.T. intentará editar un DVD del mismo. Deseo con todas mis fuerzas que así sea y que aquellos que no pudieron asistir puedan tener una copia del mismo, pues no tendrán una joya como ésta en sus vitrinas.
Como fin de fiesta, la directiva organizó una cena de despedida de la temporada.
Cuando parecía que iba ser una reunión íntima de unos cuantos amigos, nos juntamos cuarenta o más; entre ellos, el director de la orquesta, ahora sí, Pepe Sánchez, y el solista Daniel Casares.
No sé si para próximas temporadas, como final, la cena podría ser multitudinaria, pero ésta lo debería haber sido.
Estuvo llena de alegría y de satisfacción por el concierto y no se hablaba de otra cosa que la gran actuación de nuestra Orquesta. Pudimos conocer a los artistas de manera más íntima y nos brindaron su parte más humana.
Daniel nos regaló una bella improvisación flamenca con la que, boquiabiertos, rompimos en aplausos. Brindamos con vino espumoso por todo y por todos y, sobre todo, por una nueva temporada llena de éxitos para nuestra pequeña pero gran Orquesta Sinfónica.
Gracias, José Francisco, porque en un momento de los ensayos te pudo la templanza, cuando otro director hubiese roto la batuta en alguno de sus músicos.
Gracias, Daniel, por ser tan humano y anteponer tu negocio y regalar alguno de tus DVD a tus aficionados.
Gracias, José Vicente Berná, por verte el primero con los guantes para descargar instrumentos y tarimas.
Gracias, Pepe Sánchez, padre de la criatura, ahora Director de orquesta, por las horas que te pasas buscando partituras o buscando músicos.
Gracias, Pelayo Mellado, por encabezar este grupo humano altruista que sois capaces de hacer disfrutar a tantas personas.
Gracias, estimado público que acudís a los conciertos y os encontráis dentro del programa con lo esperado, y la orquesta nos ofrece, a través de su director, los momentos más emocionantes inesperados.

Manuel Gómez-Pardo Bellod

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