Hay cosas que se ven venir; y de lejos. Si bien es cierto que la actualidad normalmente nos sorprende con acontecimientos inesperados, como una mayoría absoluta en tiempos de fragmentación del voto, un vertido accidental que provoca el cierre de una playa o la caída de elementos del mobiliario urbano; hay otras cosas que son sumamente previsibles. Y en la carretera, más aún. La sobrecarga de tráfico de todas las vías de acceso a Torrevieja, especialmente la variante de la N-332, incrementa exponencialmente el riesgo de que ocurra una desgracia, como así ha sido. Un ciclista ha perdido la vida mientras circulaba por la variante de la N-332, lo que volverá a abrir el debate entre los defensores de la seguridad de quienes apuestan por la movilidad sostenible y quienes los consideran un peligro para el tráfico aduciendo su dudoso respeto por las normas de circulación. Independientemente de esto, la prudencia aconseja evitar ponerse en riesgo mientras la convivencia entre ambos colectivos no esté bien regulada. A quienes advierten esto se les puede tildar de pesados o agoreros, pero una vez que sucede la desgracia, ya de nada sirve lamentarse. Igualmente previsibles son otros acontecimientos de la actualidad política, desde el momento en que diversas personas que ya llevan enfrentamientos a sus espaldas se ven obligadas a entenderse, lo cual nunca podrá ser un proceso fácil. También previsible es el lleno en nuestras playas, donde se están llevando a cabo y proyectando trabajos de mantenimiento, y en nuestras calles, para las que ya se ha puesto en marcha un plan de choque de limpieza, que esperemos que dé sus ansiados frutos.
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