Eso, por listo (2)

…doña Carmela. No quería deciros nada para que no entréis en zozobra, pero algunas veces me ha enviado notas con algún paje, a través del portillo, indagando si andáis en amores con algún otro caballero o vuestro padre os ha prometido con el hijo de alguna familia afortunada!». «Lo que te digo, ama mía, que ese tal don Nuño ni come ni deja comer. Algún día se va a arrepentir de tan errática conducta, cuando me vea casada, y ya no habrá remedio ni causa para sus puyas». Don Nuño y doña Carmela compartían un secreto que nadie podía descubrir. Dicen que casa con dos puertas es difícil de guardar. Brígida cerraba todas las noches, con cerrojos, aldabas y trancas de hierro, la puerta, pero nunca pensó en el portillo, y es por allí que entraba el caballero a altas horas de la noche, para salir al alba luego de yacer con su amada. Al tiempo, quedóse ella en estado de buena esperanza, pero, cuando requirió de él un matrimonio, don Nuño se lavó las manos, quedando la buena de doña Carmela con aquel fruto que maduraba en su vientre. El padre la envió a provincias, donde tuvo un hermoso niño. Luego les pagó a los dos el pasaje para Argentina, donde tenía varias propiedades, pero, en medio del Océano, ella escribió una extensa carta, que dejó debajo de un vaso, que estaba encima de un velador, y luego se arrojó al mar con el hijo de su alma. Al llegar las malas nuevas y la misiva al padre, éste denunció el hecho a las autoridades, que inmediatamente detuvieron a don Nuño por faltar a su palabra, deshonrar a una dama por omisión de paternidad y varios delitos más, siendo ejecutado para dejar así limpio el honor y el nombre de la familia.

Kartaojal

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