Ley de la violencia de género

Desde que se instauró la democracia en nuestro país, la Iglesia ha venido teniendo una inexplicable persecución por las personas llamadas progresistas, las cuales aprovechan cualquier medio para desprestigiar a la misma; de hecho, hace unos pocos días, en una de las cadenas nacionales de televisión y en uno de sus telediarios, el comentarista, sin venir a cuento y tratando de dejar un mensaje subliminal en el oído de los oyentes, dijo: «el 80% de los habitantes de nuestro país se declaran ateos», noticia no apoyada por ningún medio de encuestas oficial. En cambio, la encuesta del CIS de hace un año declaraba que el 70% de los habitantes se declaraban cristianos; además, detallando los porcentajes de los que había en los distintos partidos políticos, destacando como noticia que Unidos Podemos tenía un 31% de cristianos. En estos actos de inexactitud de las cifras intencionadas, no se ve más que una intención de desestabilizar la verdad, y no es culpa del presentador, sino de los que dirigen las intenciones de la comunicación pública.
Es cierto que la Iglesia recibe cada vez menos adeptos a los sacramentos, y es que, debido a la presión de maleficencia que existe sobre ella, los asistentes tienen miedo a las críticas de los que odian, sin un concepto claro, todo aquello que es religioso, por ejemplo: Aquellos que se ríen de un amigo porque frecuenta la Iglesia, terminando éste por no asistir a la misma al estar esclavizado por la opinión de lo que estadísticamente se denomina «moda»: «¡Chico, si eso ya no se lleva!».
Si hacemos un estudio de la realidad, nos daremos cuenta de que la pérdida de los valores humanos se ha ido mermando de forma directamente proporcional a la pérdida de la espiritualidad de las personas. Estamos en estos momentos en una «Sodoma y Gomorra», no hay más que ver lo que está aconteciendo en los lugares de veraneo y perversión, léase Ibiza, Palma de Mallorca, Marbella, Benidorm, Cataluña, etc. Nuestro país está hecho un caos, se ha perdido el valor de la vida, ya no hay respeto por las autoridades, se enfrentan a ella e incluso les pegan y les hieren con armas blancas. ¿Dónde están los que tienen que hacer las leyes y velar por los ciudadanos? Pues están veraneando y cobrando de todos nosotros sueldos extremadamente elevados.
Los mandamientos de la Ley de Dios están en consonancia con los de las leyes de la naturaleza: «No Matarás», «No Robarás», «No Desearás los Bienes Ajenos», «Respetarás a tu Padre y a tu Madre», «No desearás a la Mujer de tu Prójimo», etc. Éstos y otros más que no he nombrado están dentro de las leyes establecidas por los hombres, por lo que no se diferencian casi en nada de las establecidas por Dios.
La Ley contra la Violencia de Género está resultando un fracaso monumental, desde que se llevan registros de mujeres asesinadas se contabilizan 1020 personas. Diariamente tenemos un caso o dos, lo que va también directamente proporcional a la pérdida de espiritualidad en el ser humano. Ya no existe amor entre las parejas, existe una atracción sexual, en la que el hombre se cree con derecho a su posesión y, si no es para él, no es para nadie, se coge un arma y se mata a mujeres, niños, padres, madres, etc. El amor ha sido sustituido por el odio.
Cambiando de tema, y como ya he comentado en otros artículos, he estado de viaje por Dinamarca, Noruega, Suecia y Alemania, y tengo unos familiares que han pasado unos días en Georgia, país extremadamente diferente a los anteriores mencionados, concretamente en sus niveles de vida. En primer lugar, no existe violencia de género en los mismos, lo que existe son sistemas educativos muy superiores a los nuestros, donde los valores se respetan y aceptan por todos, al contrario que en nuestro país, pero lo que quería señalar es que, habiendo estado en los lugares más turísticos de estos países, en ningún sitio hemos podido ver a lo que en nuestro país denominamos «manteros». Muchas personas, a la que les dan lástima los mismos, dicen: «Pobrecillos, tienen que ganarse la vida», y lo que desconocen es que estas personas ganan poco más de 15 ó 20 euros al día, pues el montante de sus ventas se lo llevan las mafias que trafican con productos falsificados y se llevan cientos de millones de nuestro país en dinero negro que tratan de blanquear en otros países o en el nuestro propio. Estos millones no engrosan el consumo económico de nuestro país, por lo que, además de perjudicar a aquellos comerciantes que mantienen el empleo y pagan sus impuestos, perjudican a la creación de más empleo legal en nuestro país, más ahorro y más inversiones.
En Cataluña ya se han dado cuenta de este proceso y están eliminando el efecto de los llamados «manteros», concretamente en Barcelona y en otras ciudades limítrofes. Les aconsejo que, si tienen tiempo, vean ustedes el canal de televisión DMAX, donde pueden apreciar las cantidades de contrabando que se intentan meter en nuestro país por grandes organizaciones, tanto por mar como por aire, así como otros programas en los que podrán ver la violencia y la delincuencia que existen en nuestro país.

Carlos García

2 comentarios

  1. Sr. Carlos García, leo con asombro su afirmación de que en los países nórdicos no hay violencia de género.
    Creo que no tiene razón, hago una búsqueda en google, y veo un artículo del periódico «público», que dice lo que a continuación copio y pego.

    Más de 25 millones de mujeres europeas fueron víctimas de violencia machista en el año 2014. Los países más castigados por este tipo de violencia son los del norte de Europa, que paradójicamente invierten más en programas de educación para la igualdad de género.
    Los países miembros que encabezan la lista de casos de violencia machista son Dinamarca (52%), Finlandia (47%), Suecia (46%), Francia y Reino Unido, ambos con un 44%. Estos porcentajes representan a mujeres de la Unión Europea que han sufrido violencia física y/o sexual desde los 15 años de edad. España tiene menos de la mitad de casos en términos porcentuales que Dinamarca, un 22%.

    Me sorprenden estas cifras, pero estas son las conclusiones principales sacadas de la primera macroencuesta europea sobre violencia machista que realizó la Agencia Europea de Derechos Humanos en marzo de 2014.

    Bueno, al autor del artículo de opinión, le recomendaría, que para no inducir a error a nadie, contraste su información, que no escriba de oído.
    Todo ésto sin acritud.
    Saludos.

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