Un Plan Marshall para la Vega Baja

Joaquín Albaladejo

Mis primeras letras deben ser de apoyo y plena solidaridad a todos nuestros hermanos y hermanas de nuestra comarca, ante el drama humano que, desde hace una semana, está viviendo nuestra querida tierra, y en especial a todas esas familias que lo han perdido todo. La hecatombe en forma de Dana, o gota fría duplicada que ha arrasado la Vega Baja del Segura, ha sido literalmente infernal. Y por ello he usado un  titular para esta tribuna que no es mío. Son palabras textuales del presidente socialista de la Generalitat, Ximo Puig, que, junto al presidente popular de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, han cumplido institucionalmente de manera extraordinaria apoyando en persona durante el desastre climatológico que la naturaleza nos ha dado. Los dos presidentes, Ximo y Carlos, han estado acompañando ante la gravedad de la tormenta perfecta que ha reventado una parte importantísima del territorio y de la economía de la Provincia alicantina y de la Comunidad Valenciana. Si un socialista acierta y cumple con la Vega Baja, estando 5 días seguidos con la tragedia, hay que decirlo. Si es el presidente que pretende serlo de todos los valencianos, y profesa coordinación con el presidente de la Diputación de Alicante, también hay que decirlo. Y si además anuncia Puig, como presidente socialista de la Comunidad Valenciana, desde el kilómetro cero de la hecatombe, el municipio de Almoradí, que hay que hacer “un Plan Marshall para la Vega Baja”, invirtiendo aquí los dineros públicos que hagan falta, en presencia de su alcaldesa, María Gómez, pues también se dice. Y le añado dos cosas, si ustedes me lo permiten. La primera es agradecer que lo diga; que públicamente se comprometa. Es la palabra del presidente de la Comunidad Valenciana. Y la segunda, que la Vega Baja del Segura no desea recibir más que nadie ante un drama histórico con fallecidos como el vivido, pero tampoco menos. Tras la Segunda Guerra Mundial, los americanos diseñaron un plan para reconstruir Europa y lo llamaron “Plan Marshall”. Hoy, nuestras calles, tras la inundación sufrida, parecen una película bélica. Dadas las circunstancias, el mínimo incumplimiento de la palabra dada por parte del presidente socialista Puig, no invirtiendo las cantidades económicas necesarias en las infraestructuras arrasadas en el sur alicantino, certificará el principio de su final político. Él solo ha puesto en juego el valor de su palabra.

1 comentario

  1. Hay quien ha certificado su final político, entre otras cosas, no devolviendo 184.000€ cobrados indebidamente.
    Con esa cantidad de dinero, muchas familias de la Vega Baja, afectadas por el temporal, podrían salir adelante.

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