Agradecimientos

Señor, concédeme…

Serenidad. Para aceptar las cosas que no puedo cambiar.
Valor. Para cambiar aquellas que sí puedo.
Sabiduría. Para reconocer las diferencias.

Porque la vida es breve, el arte largo, la ocasión fugaz, el experimento peligroso, el juicio difícil.

Un agradecimiento a la Iglesia La Barca por la colaboración desinteresada de sus voluntarios, de dar continuos desayunos todos los sábados, con fruta, bollos de diferentes panaderías, que acerca la voluntaria Graciela. Un especial «mil gracias» a la Pastelería Dulce de Leche. Agradecemos el tiempo que nos dedican a diario y semanalmente desde la Pastelería Dulce de Leche y sus empleados, que son: Liliana, Silvia, Melisa y Oscarcito. Sin olvidarnos de Julio y Daniel por su apoyo.
En la labor de la voluntaria Graciela, que asiste día a día el comedor Reach Out o Extiende la mano, con donaciones de bollos y pan.
Es mi labor ayudar a quien lo necesita sin importar su cultura ni religión, porque en ocasiones estamos en el mismo barco, aunque no tengamos el mismo destino ni el color de piel (la mayoría, emigrantes que han quedado estancados a la deriva de un sinfín de ilusiones… Y a través del tiempo ya perdidos).
Mis atentos saludos y gracias a quienes van aportando su granito de arena, que va formando una montaña a través del tiempo.

Graciela

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