Frío, mucho frío. Eso es lo que nos ha quedado en las calles después del esplendor de las fiestas. La iluminación se ha desmontado, la decoración floral se ha retirado, las figuras del Belén se han guardado hasta el año que viene, y en las calles nos ha quedado el frío. Frío que también nos llega desde la Conselleria de Educación a las zonas castellanoparlantes, con la decisión de hacer estudiar a nuestros hijos, de golpe y porrazo, en lenguas en las que no tienen suficiente competencia. Frío el que podrían haber pasado los alumnos del CEIP Amanecer -si no hubiera sido por su cierre provisional-, por no haberse colocado sus cubiertas a tiempo. Frío el que a buen seguro pasaron los inmigrantes que intentaron alcanzar nuestras costas en año nuevo -y entre los que se contaba un niño con la friolera de 3 años-. Frío nos deja el presunto homicidio de un hombre a manos del hijo de su pareja, en una sociedad en la que cada vez más priman los intereses económicos propios por encima de la felicidad de nuestros seres queridos. Y helados nos ha dejado la elección de Leticia Sabater como pregonera del Carnaval de Torrevieja, en una atrevida apuesta que, sin duda, ha conseguido lo que buscaba: un impacto mediático sin precedentes. Afortunadamente, no queda mucho para disfrutar del calor que vendrá de la mano del Carnaval… comenzando por su esperado pregón.
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