Rodolfo Carmona
Concejal del Grupo Municipal Socialista
Concejal del Grupo Municipal Socialista
En los últimos tiempos, al calor de las últimas denuncias y acciones de los miembros de la oposición, el Partido Popular de Torrevieja con el alcalde a la cabeza, Eduardo Dolón, han perdido el más mínimo decoro y se ha lanzado en tromba a contestar a la oposición en su conjunto de una manera que yo calificaría como barriobajera, más propia de un matón de barrio que de un responsable político.
Algunos les ríen la gracia como si el tema no tuviera importancia. Estos perdedores, dicen algunos, lo único que quieren es entorpecer la impresionante gestión del equipo de gobierno actual (nótese la ironía).
Creo que algo se ha roto en la política local cuando el equipo de gobierno opta por esta vía. La vía del exabrupto, del intento de ridiculizar a los concejales de la oposición por desempeñar su labor, que no es otro que el de fiscalizar la acción del gobierno. Pido un poco de cordura y que se reconduzca esta aptitud.
Los últimos plenos son buena muestra de lo que digo. Eduardo Dolón parece más preocupado de hacer oposición a la oposición que de gobernar la ciudad de Torrevieja. No es de recibo el trato que dispensa el equipo de gobierno a los concejales de la oposición. Pongo de ejemplo algunas de las respuestas dadas por el alcalde y algunos concejales del gobierno al portavoz de Sueña Torrevieja, Pablo Samper o a la portavoz de Los Verdes, Carmen Morate. O las últimas ruedas de prensa de Eduardo Dolón en los que atacó al portavoz de Los Verdes, Israel Muñoz, por ejercer su derecho y legitimidad democrática. Son, a mi parecer, lamentables.
El terreno de juego de la política admite el intercambio de puntos de vista, la confrontación de ideas, es cierto. Pero se ha cruzado una línea donde el respeto y el fair play, que se le presupone a los políticos, brilla por su ausencia. Y hay que denunciarlo. No para echar más leña al fuego, si no para decir basta, ya está bien. Por aquí no se puede continuar.
Cabe preguntarse cuál es la razón para que el Partido Popular en Torrevieja haya tomado este derrotero. Creo que el equipo de gobierno ha confundido su mayoría absoluta con un cheque en blanco para hacer su santa voluntad; ha pervertido el sentido de su peso en número de concejales con un aquí que nadie me rechiste que mando yo.
Lo cierto es que los últimos movimientos de la oposición en su conjunto han sido, por decirlo de una manera gráfica, de una solidez abrumadora. Y eso ha hecho mella en el orgullo de los populares. Agamed, los presupuestos, el pago de facturas sin el procedimiento establecido, la contrata de basuras, el plan de choque… Como puede verse se ha puesto el foco en temas fundamentales e importantes para la ciudad. Y la prensa de ámbito local, provincial, autonómica y nacional se han hecho eco de los mismos, defendiendo la oposición en todo caso el interés de Torrevieja y de toda la ciudadanía por encima de todo. Justo es reconocer ese trabajo y ponerlo en valor.
En mi caso concreto, ante una queja que presenté sobre la gran cantidad de excrementos de mascotas en las calles de Torrevieja, en particular de la Rambla Juan Mateo y parte de la calle Caballero de Rodas. Recibí una respuesta firmada por el alcalde, Eduardo Dolón, digna de pasar a los manuales de cómo no contestar a una queja constructiva de un representante político. Mi única duda es saber si las escribe él o se la escriben. Me inclino más por lo segundo que por lo primero. Elevé una queja al Sindic de Greuges porque me pareció del todo improcedente. Ya veremos en qué queda la cosa.
Pero Torrevieja, que es lo que verdaderamente importa, no merece que se siga por este camino. Y deben reconstruirse los puentes, la política colaborativa que no está alejada ni reñida con la acción fiscalizadora y rigurosa que debe ejercer la oposición; debe imponerse. Hago un llamamiento a la concordia, al respeto del trabajo de cada uno. No hacerlo así, sería un tremendo error. Ojalá el equipo de gobierno local rectifique el rumbo.
«Creo que el equipo de gobierno socialcomunista ha confundido su NO mayoría absoluta con un cheque en blanco para hacer su santa voluntad; ha pervertido el sentido de su peso en número de escaños con un aquí que nadie me rechiste que mando yo».
Sánchez ha quebrado España. Y esta vez no será como con Rajoy, que un ajuste por aquí, un recorte por allá y un plan bancario, todo solucionado. Esta vez estamos pero que bien jodidos.
Y Rodolfo mira para otra parte.