La guerra de los Presupuestos Generales del Estado

En nuestro Parlamento ha comenzado la lucha para aprobar los PGE. El Gobierno está buscando apoyos políticos para la aprobación de sus cuentas, pero parece ser que todavía no lo tienen claro sus posibles asociados.
En principio, los españoles no sabemos todavía a cuánto asciende lo que tendremos que financiar con nuestros impuestos, o sea, con dinero de nuestro bolsillo.
Veamos algunos aspectos económicos de nuestro país, desde la perspectiva de algunos profesores de economía de nuestras universidades:
El profesor de la Universidad de Barcelona José María Gay de Liébana, colaborador de varias televisiones, nos decía hace unos días que nuestro gasto público está elevadísimo, lo que representa un disparate para nuestra precaria situación de casi recesión económica, muchas de nuestras empresas, además de las 40.000 que se dice han cerrado, con una subida de impuestos tanto directos como indirectos, también cerrarían. Dicho profesor no le encuentra sentido a que el nuevo Gobierno haya adquirido veinticinco nuevos coches para ministros y asesores, y comenta que es necesario un estricto control de dicho gasto y que es precisamente en los detalles pequeños donde se puede reducir bastante nuestro gasto público.
El profesor Juan Ruiz de la UMET (Universidad Metropolitana de Estudios y Trabajo), nos dice lo siguiente: «Entre las propuestas más radicales que tuvieron lugar durante la pasada campaña electoral, encontramos la eliminación de las autonomías y volver a la recentralización del Estado. Una solución con la que, en palabras de quien la propone, nos ahorraríamos alrededor de 24.000 millones de euros de «gasto político» innecesario que se podría destinar a pensiones o a reforzar otros derechos de los ciudadanos. Estos 24.000 millones son una cantidad nada desdeñable. Equivalen al rescate estratosférico de Bankia, o al coste del programa Artemis con el que la NASA se ha propuesto volver a pisar la luna en 2024».
En «elPeriodico», en su apartado de economía, nos dice que, en el año 2008, nuestra deuda representaba el 39,7% de nuestro PIB, habiendo pasado en 2018 al 97,6%, y que actualmente hemos sobrepasado nuestro PIB, o sea, que debemos más que producimos. En 2018, se pagaron 31.398 millones, de intereses de nuestra deuda (86 millones diarios), lo que representa el 2,5% de nuestro PIB, o sea, que en 2008 cada habitante pagaba de intereses de deuda 9.511 euros y en el 2018 hemos pagado 24.999 euros por habitante. Como vemos, casi se ha triplicado este gasto.
En Naciones Unidas, el representante del Reino Unido, número de mesa 42, en su turno de palabra, decía lo siguiente: «Soy un «baby boomer», nací justo después de la guerra, probablemente tuvimos el periodo global más largo de paz y prosperidad. Diría que, desde ese momento, guardé algo de dinero para poder dejar a mi familia cuando fallezca, gran parte porque nunca gasté más dinero que el que gané, he sido prudente y trabajé moderadamente duro, siempre me pareció que es una completa sorpresa para los políticos cómo los países se endeudan, así que déjenme explicarles, porque parecen no entenderlo, por qué los países gastan más dinero del que recaudan con impuestos y más dinero del que, posiblemente, puedan subirle a los impuestos, dinero que, en su mayoría, desperdician, razón por la cual hablamos de países que están en la quiebra y es porque sus ridículos, ineficaces e ignorantes políticos, consistentemente gastan más de lo que pueden recaudar y luego toman prestado y toman prestado y peor, imprimen dinero, porque los políticos y sus bancos centrales, tienen una máquina que imprime dinero. Haces eso como un ciudadano y es un crimen e irías a la cárcel por hacer eso, pero los políticos y sus bancos centrales lo hacen todo el tiempo. Déjenme explicarles que estos países están en quiebra, y están en quiebra por culpa de su propio estúpido liderazgo y el de sus políticos, y es ¡inmoral!, ¡inmoral!, pedirle a un contribuyente ordinario de cualquier país pagar las cuentas por políticas fallidas y bancos fallidos. Por Dios, admitámoslo todos».
Yo no señalo ni juzgo a nadie, ante estas reflexiones de personas conocedoras del tema principal, que cada uno saque sus propias conclusiones.
Mateo, apóstol y evangelista, su nombre era Levi y fue considerado por los fariseos y doctores de la ley judía como un publicano y traidor, por el hecho de ser un recaudador de impuestos para los romanos. Cuando pasó Jesús delante de su mesa de recaudador, le dijo: «Sígueme», y Levi se levantó de inmediato y le siguió. Cuando estaba comiendo en casa de Mateo, nombre que le dio Jesús, los fariseos les dijeron a sus discípulos: «¿Cómo es que vuestro Maestro come con publicanos y pecadores?». Pero Jesús, al oír esto, les dijo: «No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan».
El que tenga oídos, que oiga.

Carlos García

5 comentarios

  1. Ayer, el vicepresidente comunista se puso la corbata para perpetrar unos presupuestos. Fardó del fin de la austeridad. Sin entrar en la ruina que supone el incremento del gasto en la actual situación, lo que queda claro son dos cosas:
    1º) Que el 90% de la recaudación teórica sale de las clases medias y trabajadoras
    2º) Que los ingresos no van a igualar de ninguna manera a los gastos.
    Sin ánimo de incurrir en odio al vicepresidente que no dejaría dormir a los españoles ni a Sánchez, y con permiso del Coronel José Manuel Santiago (ya ascendido por Marlaska a General -sí el que minimizaba las críticas al Gobierno en redes sociales por la brillante gestión de la pandemia-): váyase a Venezuela, Sr. Iglesias.

  2. Que dice el Banco de España que el proyecto de presupuestos tiene 3 problemas:
    1 Ingresos irrealizables
    2 Gastos imposibles
    3 Previsiones equivocadas
    Plas, plas, plas, plas…..

  3. La AIREF desmonta una a una las subidas de impuestos del Gobierno
    La institución calcula que se recaudará un tercio menos de lo que estima el Ejecutivo
    A ver qué hace el Ministerio de la Verdad
    A que se hacen el harakiri…

  4. Por cierto, los de España son los únicos presupuestos que suben impuestos en plena crisis de la CoVid 19.
    Europa dicen que tiene los ojos como platos.

  5. Leído en internet y con permiso del General Santiago y el Ministerio de la Verdad

    España ya es un riesgo sistémico para la Eurozona.

    Merece la pena recordar el crecimiento europeo durante los años 2002 y 2003 (0,9% y 0,6%, respectivamente), para compararlo con el de España (2,7% y 3,0%, respectivamente). O, dicho de otra manera: España ha sido motor económico en un momento complejo para la Unión Europea. Y lo fue gracias a una política económica coherente, responsable y capaz de afrontar los retos que tenía por delante. Fue la convicción por entrar en la UE y los esfuerzos que ello conllevó a todos los niveles lo que nos permitió sortear aquella crisis con éxito y sin apenas impacto sobre la sociedad española.

    Nada que ver con lo que está ocurriendo ahora mismo. España fue un riesgo sistémico en la crisis de 2011 y es probable que lo vuelva a ser en la actual, desagraciadamente.

    La opinión de analistas y organismos multilaterales independientes es unánime: ni el plan de vuelta a 2011 enviado a Bruselas ni el proyecto de presupuestos son lo que necesita España. Merece la pena hacer un breve recordatorio de las voces críticas que han emergido durante esta semana:

    El gobernador del Banco de España, Hernández de Cos, ha sido crítico con el incremento fiscal planteado por el gobierno, con un cuadro macro que ya está quedando obsoleto, habida cuenta de la evolución de la pandemia, y con la política de incremento de gasto, entre la cual destaca la subida indiscriminada del sueldo a funcionarios un 0,9%.

    La AIReF ha ido un paso más allá y ha estimado en 9.000 millones de euros el desfase entre los ingresos presupuestados y los estimados con los datos con los que contamos a fecha de hoy. Teniendo en cuenta que la evolución es a la baja y que los gastos se van a cumplir a rajatabla, esto supone una enmienda a la situación de las finanzas públicas en el medio plazo.

    Y, por último, la Comisión Europea ha publicado sus estimaciones de otoño, que no sólo echan por tierra el cuadro macro del gobierno por optimista, sino que también nos sitúan a la cola de Europa en términos de crecimiento, de empleo y de deterioro de las finanzas públicas. Merece la pena destacar, además, la revisión a la baja con respecto al cuadro macro de verano para 2021, que asciende nada más y nada menos que a 1,7 puntos hasta un crecimiento del 5,4%.

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