Dos hermanos enfrentados por mentir

Pedir crédito podría llegar a ser una sentencia o una pesadilla, porque todo dependerá de lo que quieras hacer con el dinero, quién te lo va a prestar, cuándo crees que lo va a poder pagar, qué interés vas a pagar, cuánto tiempo tienes para pagarlo, y podría ser peor si quien te presta el dinero es un familiar sin ningún acuerdo o tiempo para pagarlo.
Un hermano llamado Jorge, 40, casado y con dos hijos, pero sin trabajo, pidió a su hermano llamado Tomás, 42, también casado y con dos hijos, con un buen trabajo, pero sin ser millonario, un préstamo de unos 3.000€ para invertirlos con un socio en un buen negocio, sin mas detalles. Tomás pensaba que era su oportunidad para instalarse definitivamente en negocios y llevar adelante su familia y su casa.
Pasaron los meses, pasó el primer año, pasaron otros seis meses y Jorge no daba señales de vida, hasta tal punto que Tomás no tuvo otra alternativa que denunciar a su hermano porque sería la única forma de verlo u oír algo de él, y cuando se vieron hablaron de todo menos del préstamo. El socio de Jorge aparentemente desapareció con el dinero y Tomás lo perdió todo.
«¿Por qué no me dijiste que ibas a invertir mi dinero con un Don Nadie? ¿Por qué no me dijiste la verdad? Si me hubieras dicho la verdad yo no te hubiera prestado el dinero… Pero me alegro de que te haya denunciado para que todo el mundo lo sepa, porque me has mentido. Estás en la lista de morosos, en la lista de mentirosos».
Jorge pedía disculpas y más disculpas, pero la verdad ahora es que tendrá que pagar los 3.000€ más 500€ de intereses por el tiempo pasado, y no sólo Jorge perdió su reputación como hombre honrado y honesto, sino que perdió a su hermano, a su familia, a su esposa y sus hijos y su casa, porque todos lo abandonaron.
El crédito es un arma de doble filo que, si no cumples, falleces.

José Antonio Rivero Santana

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