Y cayó el agua. Según Proyecto Mastral, cayeron en la ciudad en torno a los sesenta litros por metro cuadrado. En principio, la cantidad no parece tan espectacular como en otras ocasiones, en las que se han llegado a superar con creces los ciento cincuenta litros por metro cuadrado. Pero a juzgar por las imágenes que han trascendido a través de redes sociales, parecía que el diluvio universal acababa de empezar a caer sobre Torrevieja y el arca de Noé no tardaría en aparecer por cualquier esquina.
La historia de Torrevieja está plagada de episodios tormentosos en los mismos enclaves de la ciudad. El agua tiene buena memoria y, unido al urbanismo depredador que tuvo lugar en Torrevieja desde los años setenta en adelante, que no respetó ramblas, pasos naturales ni pendientes, en el que todo se articulaba a golpe de talonario y cena en el restaurante correspondiente para mojar con champán lo que luego habría de anegar la lluvia, multiplicaron por tres los problemas en cada situación de inestabilidad meteorológica.
Una de las quejas recurrentes a lo largo de décadas por parte de los vecinos de las zonas más afectadas ha sido el tema de las pluviales y las inundaciones consiguientes que se producen periódicamente. Allá por finales de los noventa, desde la administración local se creó una empresa mixta, con el objetivo de gestionar el uso y distribución del agua potable y dar una solución definitiva a las pluviales. Se trataba de Aquagest, participada por el Ayuntamiento y la empresa de Aguas del Mediterráneo, con sede en Barcelona. Más tarde dicha empresa se denominó Agamed. No podemos decir que no se haya invertido una gran cantidad de recursos económicos a lo largo de los últimos veintitrés años, pero tampoco podemos decir que se haya solucionado el problema o que parezca haber avanzado significativamente.
En estos últimos meses, en los medios de comunicación locales, se había hablado de los trabajos por parte de la empresa mixta Agamed sobre algunas zonas históricamente afectadas, como la avenida Cortes Valencianas o la calle Roentgen. A la vista de estas últimas lluvias, algo parece no haber funcionado como se esperaba y estos dos lugares se han visto igual de afectados que en otras ocasiones anteriores. Lo cual debe hacernos reflexionar sobre quién controla o certifica desde la administración local los proyectos, la planificación de las obras y dónde y cómo y qué empresas son subcontratadas para llevar a cabo las obras. Una realización de las obras que siempre son calificadas como las que van a finiquitar el problema de las pluviales, como si cada actuación fuera la madre de todas las actuaciones. Pero la realidad es tozuda y, sobre todo, no se puede esconder ni con toda la publicidad de una multinacional.
En estos tiempos también ha habido un intento por parte del Gobierno local de prorrogar, o lanzar el globo sonda correspondiente de la intención de hacerlo, el contrato con la mercantil que forma parte de la empresa mixta junto con el Ayuntamiento. En concreto, se habló de ampliar el contrato hasta el año 2048, que como es conocido acaba en el 2028, con un procedimiento que no está del todo claro y que ha puesto a las empresas del sector con la mosca detrás de la oreja. Lo cierto es que este intento se ha dado por hecho desde la página web del Ayuntamiento y desde el semanario municipal Vista Alegre en su anuario del 2020. Sin embargo, ante una pregunta mía ante el pleno ordinario del mes de febrero sobre este tema, el responsable del área no lo afirmó tan claramente. Mientras tanto, las pluviales aguardan una solución.
«La historia de Torrevieja está plagada de episodios tormentosos en los mismos enclaves de la ciudad. El agua tiene buena memoria y, unido al urbanismo depredador que tuvo lugar en Torrevieja desde los años setenta en adelante…bla, bla, bla»
Son 50 años
Alcaldes PP (Atento, Tirio) 50-16=34 años
Alcaldes de izquierda (PSOE y LV) 16 años
En definitiva, la tercera parte de este tiempo.
«Sin embargo, ante una pregunta mía ante el pleno ordinario del mes de febrero…»
Pregunte, pregunte lo que quiera, pero de vez en cuando responda alguna.
Hay gente que se desmiente sola.
Parece ser que en el asunto de la moción de censura de Murcia y de Madrid, es Santa Isabel Díaz Ayuso la que está practicando la penetración anal inversa (metafóricamente) propugnada por la carísima Directora del Instituto de la Mujer precisamente al gran farsante que ha perpetrado este intento de golpe contra la democracia: sí, exactamente ése que todos están pensando.