La Iglesia de la Inmaculada Concepción acogió anoche la Misa que ofició su párroco, Manuel Martínez RocaMora, en la que se recuerda la «Cena del Señor» en todos los evangelios, aunque el que se lee en la Eucaristía es el de San Juan, que narra el lavatorio de los pies de Jesús a sus discípulos como símbolo de la limpieza de espíritu de los que han de predicar su vida y su obra, menos uno que no desvela y que es Judas el traidor. En el templo también lució el Monumento al Santísimo para su adoración y vigilia, situado en esta ocasión en la antigua puerta de la Sacristía, al no haberse realizado el descendimiento del Crucificado, lugar donde habitualmente se coloca.
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