La Guardia Civil ha detenido en Torrevieja a un hombre de 48 años, como presunto autor de diez delitos contra el patrimonio, realizados en el breve espacio de una semana, en el interior de locales comerciales, bares, restaurantes y tiendas de 24 horas. A primeros de este mes de julio, la Guardia Civil observó un incremento exponencial en los delitos contra el patrimonio, cometidos en establecimientos comerciales de Torrevieja. En todos ellos existía un nexo común basado en forzar con un destornillador o un arma blanca los sistemas de protección (persianas metálicas o rejas) de los locales para, a continuación, romper las ventanas o las puertas de acceso. Una vez en el interior, sustraían la caja registradora, el bote de las propinas o bebidas alcohólicas. El pasado día 9 de julio, una patrulla de la Guardia Civil que estaba de servicio, le sorprendió in fraganti en compañía de un menor de edad, cuando ambos pretendían cometer un robo en el interior de un establecimiento hostelero, a altas horas de la madrugada. En esta actuación se le detuvo por dos delitos de robos con fuerza en las cosas y dos delitos de hurto, de los que ya se sabía era el presunto autor. Tras pasar a disposición judicial, se decretó la puesta en libertad. Pero la detención no supuso ningún obstáculo para que retomara los robos en locales. Tampoco lo fue para que los agentes del Área de Investigación de la Guardia Civil de Torrevieja continuaran tras su pista e hicieran acopio de nuevas pruebas para proceder a una nueva detención del individuo. Justo a la semana siguiente, concretamente el día 15 de julio, se solicitó la correspondiente entrada y registro en su domicilio, donde encontraron numerosos indicios de que era, sin ningún género de dudas, el autor de otros seis delitos contra el patrimonio.
Durante el registro se encontraron herramientas que utilizaba en los robos
Los efectos que hallaron en la vivienda eran los que había usado en los robos, tales como: un bolso tipo bandolera donde guardaba las herramientas para forzar las rejas, puertas, cajas registradoras, un gorro tipo boina, rodilleras con las que se tapaba los tatuajes, tres gorros de lana y unas zapatillas deportivas. Todos se pusieron a disposición judicial como pieza de convicción de los delitos. Tras esta segunda detención, se decretó su ingreso en prisión.
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