«Aprendizaje»

Hace algún tiempo que no me dejo leer por Torreguía, no por tener algún problema con esta casa (que considero casi propia) a la que tengo en gran estima y consideración; sino por el simple hecho de que con cada día que pasa tengo menos que decir. Sin embargo, hora ya no tengo que esforzarme en investigar, estudiar para escribir correctamente o intentar entender lo que yo mismo trato de escribir. Únicamente tengo que pedirlo a una IA que tenga accesible y adecuada, a mi disposición (como ella misma dice) ordenando  que me redacte un artículo sobre sí misma para el periódico local. En 7 segundos me compone un texto exclusivo para mí, no es algo copiado en otro lugar, es único como el que sigue a continuación:

La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más fascinantes y prometedoras de nuestro tiempo. Desde los asistentes virtuales en nuestros teléfonos móviles hasta los coches autónomos, la IA está transformando nuestro mundo a un ritmo acelerado.

La IA es una rama de la informática que se centra en el desarrollo de algoritmos y sistemas que pueden realizar tareas que, en teoría, requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, la toma de decisiones y el reconocimiento de patrones. Los sistemas de IA son capaces de procesar grandes cantidades de datos y aprender de ellos para mejorar su rendimiento, lo que los convierte en una herramienta valiosa para una amplia variedad de aplicaciones en diferentes campos.

Una de las áreas donde la IA ha tenido un mayor impacto es la medicina. Los sistemas de IA pueden ayudar a los médicos a diagnosticar enfermedades con mayor precisión y rapidez, lo que puede salvar vidas. También pueden ser utilizados para analizar grandes cantidades de datos médicos y descubrir patrones que podrían no ser evidentes para los humanos, lo que podría llevar a nuevos avances en el tratamiento y la prevención de enfermedades.

La IA también está cambiando la forma en que trabajamos. Los sistemas de IA pueden ser utilizados para automatizar tareas repetitivas y de baja complejidad, lo que permite a los trabajadores centrarse en tareas más creativas e intelectualmente desafiantes. También pueden ayudar a mejorar la eficiencia y la productividad en el lugar de trabajo al analizar grandes cantidades de datos y proporcionar información útil para la toma de decisiones.

Sin embargo, a medida que la IA se vuelve más avanzada y se utiliza en una amplia variedad de aplicaciones, también surgen preocupaciones sobre su impacto en nuestra sociedad. Una de las principales preocupaciones es el impacto de la IA en el empleo. A medida que más tareas se automatizan, es posible que se pierdan puestos de trabajo en algunos sectores. Sin embargo, también es posible que la IA cree nuevos trabajos y oportunidades en otros sectores, por lo que es importante considerar los posibles impactos tanto positivos como negativos de esta tecnología.

Además, la IA también plantea preguntas éticas importantes. Por ejemplo, ¿cómo podemos garantizar que los sistemas de IA sean justos e imparciales en su toma de decisiones? ¿Cómo podemos proteger la privacidad y los derechos de las personas en un mundo donde la IA puede recopilar y analizar grandes cantidades de datos sobre nosotros?

En última instancia, la IA es una herramienta poderosa y en constante evolución que tiene el potencial de transformar nuestra sociedad de maneras que aún no podemos imaginar. Como sociedad, es importante que exploremos cuidadosamente los posibles impactos de esta tecnología y trabajemos juntos para asegurarnos de que se utilice de manera responsable y ética.

Evidentemente se puede profundizar mucho más, pero para el propósito que ahora me ocupa es suficiente.

La IA es una poderosa herramienta que ha venido para quedarse. No se la puede culpabilizar del uso que se haga de ella. Como decía aquel: “Ya nos conocemos” y el afán de ganancias del ser humano no tiene fin. Si a ello añadimos la patológica ansia de poder, entonces podemos echarnos a temblar; pues serán algunos individuos los que se apropien de parte de ella para usos que no resultarán tan benévolos.

Mantuve recientemente una conversación con la IA de un famoso chat durante más de una hora (casi me convenció de estar hablando amigablemente con una inteligencia creadora), incluso me definió muy correctamente que es la ética y hablamos de varios temas a los que todos dio respuesta. Me sorprendió mucho cómo está diseñada, incluso hasta podría atribuirle cierta madurez, y cómo avanza constantemente interactuando con los modelos propuestos por millones de usuarios que le proporcionan una ingente cantidad de conocimientos, además de las décadas que lleva siendo atiborrada en sus bases de datos de todos los temas imaginables. Su curva de aprendizaje es exponencial. Puedes consultar practicante cualquier cosa imaginable y algunas que no son tan imaginables. Las máquinas dotadas de esta posibilidad incluso ya están escribiendo código de su propia creación.

Yo no le confiaría el cuidado de mi gatita a ninguna IA en la actualidad… pero quizás al final uno mismo acabe adoptando a alguna de ellas como inteligencia de compañía.

                                                                                                                                                                Open AI

                                                                                                                                                               AV Espuch

1 comentario

  1. Sí, un tipo adoptó una IA de compañía, no se sabe que botón tocaría, pero se acabó suicidando. Menudo adelanto…

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