Homenaje poético a Miguel Hernández

» Mari Paz Pondal se emocionó y emocionó a un público entregado

Fernando Guardiola

Miguel Hernández se entristecería si hubiera acudido al Teatro Municipal el pasado sábado y hubiese constatado que, al homenaje poético que se le brindaba, bajo el título de «Compañero del alma… compañero»,  sólo acudió una treintena de personas, entre ellas las concejalas del Grupo Socialista, Marisa Zafra y Guadalupe Díaz. Pero, ante esta adversidad, una inmensa Mari Paz Pondal, con la misma fuerza y entusiasmo, que si actuara en el Teatro Real, ante 1.000 personas, fue desgranando la obra de Miguel Hernández, relatando su biografía, desde el mismo momento de su nacimiento, contrastando la misma con los acontecimientos nacionales y mundiales que en  esa época tan convulsa se dieron. Y, entre trazo y trazo de ese dibujo de su vida, fue, intercalando los poemas del universal  poeta oriolano. No faltaron las «Nanas de la cebolla», «El niño yuntero», «Aceituneros», «Te me mueres de casta y de sencilla» (dedicada a Josefina Manresa), «Elegía a Ramón Sijé» y tantas otras que enervaron los sentimientos de los asistentes, llegando al final de la representación con una sentida interpretación de «El labrador de más aire» (poema que dedicó a la muerte de su joven primo Juan a los veinte años). Mari Paz, arrodillada y abrazando un sudario, lloró e hizo llorar a todos , cerrando una actuación aplaudida con fervor y a la que respondió con la grandeza que sólo una artista consagrada como ella sabe hacer.