El verano siempre viene cada año, tiene sus cosas malas y su multitud de buenas. Cada uno lo vive lo mejor que puede y lo mejor que sabe.
Me vienen a la memoria años pasados. ¡Cuánta añoranza de aquellos cines de verano! Los de Torrevieja, los que quitaron, que no dejaron ni tan sólo uno. ¡Qué pena!
Sería por el progreso… La edificación, supongo. Sin embargo, se echan de menos. La rentabilidad sería baja, pero cuánta alegría traía al pueblo y a sus veraneantes.
En noches con temperaturas tan altas como siempre padecemos por esas fechas, quedábamos con los amigos para ver cine en esas terrazas de diversión y cultura al aire libre. ¡Cuánto nos gustaba!
Entonces no había Internet, ni teníamos aire acondicionado, sólo usábamos el teléfono de casa o bien las cabinas para quedar delante de aquellos cines y nos llevábamos algún abanico que otro para refrescarnos. Los bocatas de tortilla acompañados de cerveza y nuestras queridas pipas eran todo lo necesario.
Qué colas se hacían esperando la entrada. Casi siempre terminabas por conocer un montón de gente nueva sin necesidad de entrar en ningún chat… Qué fácil era la comunicación en vivo y en directo. Esos padres con sus hijos de una mano y en la otra algún cojín. ¡Qué de recuerdos!
También veías a las madres primerizas con sus retoños en los cochecitos, porque, claro, no querían perderse aquellas sesiones de cine. Sus bebés dormían más fresquitos allí que metidos en sus cunas.
Qué follones se armaban más sonoros y llenos de vida.
Una vez acomodados, era el mejor sitio para darle un beso de verano a tu enamorado. Las parejas maduras lo pasaban bien, viendo aquellas películas y supongo que aquello les hacía olvidar sus problemas y achaques. Qué bien nos venía a todos aquella distracción, tanto o igual que los buenos helados de Sirvent, que ellos sí que siguen en vigor todavía. ¡Menos mal!
Veíamos todas las películas estrenadas en invierno y muchas veces pasábamos sin pagar, porque teníamos algún parentesco con el chico que hacía funcionar la máquina del cine. ¡Qué bien! ¡Qué barato nos salía!
Tanto a los habitantes de Torrevieja como a sus veraneantes nos gustaba aquel ir y venir hacia la plaza o Playa del Cura para ver las carteleras. No teníamos que coger el coche, íbamos andando. ¡Qué saludable!
Sus nombre eran Cine Las Rocas, Vistalegre, Oriente, Gloria, Segovia, Royal y Salinas. En total, nuestra riqueza en cines de verano era de siete. ¡Qué honor para tanto espectador veraniego!
¡Qué gran tesoro perdido!
Si alguien con añoranza y decisión pudiera devolvernos ese patrimonio perdido, bendito fuera por hacer sentir a nuevas gentes aquellos momentos inolvidables.
Para aquellos que, como yo, tenemos esa añoranza,
Josefina Sandoval
Hola!!!! Muchas gracias por poner esto .Los cines de verano son un bien muy preciado.
Pero afortunadamente hay dos cines de verano muy cerca de aquí: en cabo roig y campoamor!
Saludos
Gracias Josefina por transportarnos a una época tan recordada y querida.
Ha sido divertido leerte…
Espero que escribas más artículos como este… Incluso te daría una sección que se llamara : Nostálgicos o cualquier vida pasada fue mejor.. 😉