Marmota cansada de repetir su día

¡Toc, Toc! Sale de la madriguera y vota. ¡Toc, Toc! Sale y vuelve a votar, y así hasta el fin de los días. Aquí no cambia nada. Las fuerzas conservadoras y progresistas están equilibradas, la balanza no se mueve. Sólo se ponen de acuerdo a la hora de incrementar su sueldo. Hay un bando que está caldeando más el asunto, aumentan las descalificaciones e insultos para ver quién es más patriota, todo vale; y, en época preelectoral, más. Uno se cree que porque le regalen el máster eso ya le da derecho a insultar al adversario; el otro socio parece su clon pero un poco más «light», y a los dos se les nota demasiado que quieren llegar a la Moncloa cuanto antes. La marmota se está cansando de ir a votar para no cambiar nada, por eso, en las próximas elecciones, es muy posible que ganen los que no deben, porque ésos van todos a las urnas aunque caigan chuzos de punta. Siempre encuentran un «leitmotiv» para conseguir el apoyo popular: antes era la lucha contra ETA, y, como ya se acabó, ahora evocan al sentido patrio con el tema catalán. Tanto en el bando conservador como en el progresista, mucho tienen que cambiar las cosas de aquí al 28 de abril para lograr un Gobierno estable: la izquierda se encuentra fragmentada y con los barones torpedeando el proyecto oficial. La derecha apuesta por alcanzar el extremismo máximo, sin darse cuenta de que el verdadero caladero de votos se encuentra en el centro. Y, en medio de todo el pastel, estamos los demás asistiendo atónitos a este eterno circo romano. ¿Qué líder ganará las próximas elecciones? Seguramente al que menos se le noten sus ansias de poder. Pero, ¿podrá gobernar? La marmota no vio su sombra y nos augura una primavera «calentita».

Rafa Zamora Sancho

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