Esperanza y miedo: análisis

Mientras al otro lado de los Pirineos existía la libertad, la democracia; en España nos llegó tras la muerte del dictador fascista Franco. Y, con la deseada y esperada transición, otra España fue posible, y hoy la disfrutamos en plenitud y libertad. Y diversidad, colorido y pluralismo llenan hoy el hemiciclo con un cuadro de formación política excepcional, donde el tándem del bipartidismo crónico ha sido barrido por las dos jóvenes fuerzas que surgieron en el 15M, de 2011, Podemos y C’s, tras la brutal crisis, donde los grandes poderes «ocultos» que gobiernan el mundo terminaron con el estado del bienestar conseguido en democracia hasta nuestros días; y que hay que volver a conquistar, con el nuevo Gobierno de coalición, de distintas sensibilidades de las izquierdas, al fin unidas. Y un nuevo tiempo de esperanza se abre, entre la repulsa a la ultraderecha franquista hitleriana de Vox, que ha irrumpido como tercer partido político, y está presente con voz y voto en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, porque en el Partido Popular, Pablo Casado y Albert Rivera de C’s dieron carta y cancha a Santiago Abascal (Vox) y formaron el triunvirato que hicieron, con la manifestación contra Pedro Sánchez, para echarlo, en la Plaza de Colón, que se plasmó en una deriva y aceptación del ideario ultrafascista hitleriano de Vox, que, con él se han mimetizado, se han echado al monte y han perdido el norte y el sur, de partidos de centro-derecha, y van en caída libre, desorientados. Y supeditados a él y sus exigencias, pues lo necesitan para los gobiernos obtenidos en Andalucía, Madrid y Murcia.
Mientras, Pedro Sánchez, tras ser denostado públicamente por Susana Díaz, ex-presidenta ya de la comunidad Andaluza, y por los «ilustres varones» de la transición, defenestrado después por todos ellos, cogió carretera y manta, y su manual de resistencia. Y consiguió lo que por derecho tenía: intentar ser presidente de España. No fue fácil. Tras el primer debate televisivo de los diferentes partidos en liza, con una intervención feroz de acusaciones deleznables de mentiras y calumnias del PP, C’s y Vox, Pedro ganó las elecciones, aunque sin mayoría para gobernar, y necesitando, aparte de los partidos que votarían sí, a Podemos, y no queriendo, como es sabido, una coalición con su contrincante de izquierdas, Pablo Iglesias, y sus desencuentros con él, creyendo erróneamente, e ilusoriamente asesorado por el «oráculo de Delfos», que si había otras elecciones sacaría mayoría absoluta o suficiente para gobernar en solitario. Craso error fue éste, pues, según dice el refrán, «más vale pájaro…». Total, que unas segundas elecciones con pérdidas de votos, y teniéndose que entender al fin con Podemos, y formar la coalición sí o sí, pues unas terceras elecciones, y la gente cabreada con razón, podría ser peor, y perderlo todo. Y, en esta tesitura de tira y afloja, los tres de la manifestación de la Plaza de Colón, esperanzados con la tercera repetición de elecciones, pues, «a río revuelto…».
Y todo esto en unos tiempos en todo el mundo turbulentos, convulsos, impredecibles, con un cambio climático… que dan miedo.

Josefina García

1 comentario

  1. «…teniéndose que entender al fin con Podemos…»

    No le costó mucho convencerse: apenas unas horas. Ha pasado a la historia de la política como el Milagro de la Dormidina.

    Ah, y yo nací gracias a Dios y al bendito de Franco, que ganó la guerra a los rojos, porque terroristas de ese color en la retaguardia (menudos héroes) andaban buscando a mi bisabuelo, Francisco el Ciego, por tierras de Abanilla para matarlo. El acta de sus crímenes era que tenía tierras de secano, pagaba unos pocos jornales al año, e iba los domingos y fiestas de guardar a Misa.

    Fíjese qué opinión puedo tener del «dictador fascista Franco» y la que tengo de usted.

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