8 de marzo: “La Primavera Feminista”

Nicolás Navas

Es el 8 el marzo, cuando las mujeres, despiertan a la soporosa primavera impregnándolo todo, desde hace ya más de 160 años. Mujeres y hombres en todo el mundo se unen para conmemorar esta fecha tan importante: el día Internacional de la Mujer, que nace al final del siglo XIX, precisamente el 8 de marzo de 1857 (uno de los problemas más grandes entonces, era que muchas mujeres eran explotadas y ninguna ley las protegía), ese día se produjo un incendio en una fábrica de camisas de Nueva York, en el que murieron 146 mujeres que trabajaban en condiciones infrahumanas, con salarios de miseria, marcó la lucha por los derechos de la mujer. Es evidente que ninguna lucha se ganó tocando los violines, y si nos ponemos estrictos debemos admitir que solo una república podrá garantizar los derechos feministas, y de la misma manera ya la fábula madre nos recuerda, que ninguna República se podrá alzar victoriosa sin que ruede la cabeza de un Rey. No tenemos una justicia ciega, que garantice la igualdad, tenemos una justicia elitista, rancia, melancólica y que presta servicio “cara al sol”. El mejor momento para garantizar un feminismo libre siempre será el hoy y el ahora, porque la canalla no descansa nunca, por lo tanto, solo instaurando la Tercera República se podrá garantizar un feminismo pleno.
En esto días escuché una frase que resume perfectamente las principales reivindicaciones feministas: “Las mujeres nos queremos vivas, libres y felices”, exclamaba un grupo de mujeres. Solo ocho palabras que, en mi opinión, recogen la esencia del feminismo y gran parte de lo que representa este movimiento en la actualidad.

¡Vivas!
Sí vivas, porque solo en España, se registraron 270 femicidios y asesinatos de mujeres durante 2020. En el mundo, el 18% de las jóvenes y mujeres entre 15 y 49 años han sido víctimas de violencia física y/o sexual y 1 de cada 3 niñas entre 15 y 19 años ha sufrido mutilación genital femenina, entre otros muchos datos. Pero no solo se trata de asesinatos y violencia. Vivir también implica tener los recursos para hacerlo dignamente. En este caso, sobresale un dato: las jóvenes y mujeres entre 18 y 34 años tienen un 25% más de posibilidades de vivir en extrema pobreza. Es decir, el movimiento feminista reivindica el derecho de las mujeres a vivir, a hacerlo con dignidad y libres del miedo a ser víctimas de la violencia machista.

Libres
Y libres, sí. La reivindicación feminista por el derecho de las mujeres a la vida, y a que esta sea digna y sin miedo, hay que añadir el derecho a vivirla en plenitud y libertad. Parece una reivindicación obvia pero no lo es tanto si tenemos en cuenta el último informe del Banco Mundial: las mujeres solo acceden al 75% de los derechos que poseen los hombres y solo el 52% de las mujeres casadas o en pareja deciden libremente sobre sus relaciones sexuales, por ejemplo. Y si hablamos de derechos tan fundamentales como el acceso a la educación o a cobrar el mismo sueldo que un hombre por el mismo trabajo, nos encontramos con que 16 millones de niñas nunca irán a la escuela y que la brecha salarial de género a escala global es del 19%, una auténtica barbaridad.

Felices
También felices, sí. La tercera de las reivindicaciones feministas actuales está ligada al empoderamiento, que no es otra cosa que la independencia para hacer y decidir sobre aquello que nos permite mejorar nuestra situación. Ser feliz está intrínsecamente unido a tener unas condiciones de vida dignas y contar con las oportunidades para desarrollarnos personalmente en plenitud. Seamos hombres o mujeres, el ejercicio de nuestros derechos y tener al alcance los recursos para ser personas independientes nos da libertad y nos hace felices.
Gracias a las feministas republicanas hoy las mujeres pueden votar, divorciarse. Con las huelgas de las cigarreras se ganaron derechos laborales y sindicales que no existían, gracias a las manifestaciones feministas contra sentencia de La Manada, lo que hoy es un abuso, mañana será violación. Pero aún queda mucho por hacer, por ganar, pero estamos en el camino correcto y cada vez somos más, y estos cobardes, que no son más que unos ninis pijos acomplejados que no saben hacer otra cosa que oponerse a los derechos de la mayoría, porque temen que los suyos se vean amenazados, son tan ridículos como los obreros de derecha. He leído a muchos ninis de esta ciudad mandar a doblar la espalda a otros, cuando ellos NUNCA han trabajado, ni se han agachado a por un ladrillo, ni han llenado un capazo, ni muchos menos lo han cargado, o a trabajar de cocinero o camarero 14 horas diarias sin días libres todo el verano, como la mayoría de los trabajadores de la hostelería de esta ciudad. Pero es muy fácil hablar cuando se hace desde la comodidad que dan las herencias, con una total apatía, intolerancia e indiferencia por los derechos y libertades de las mujeres. Sin embargo, estos ninis de momento, nos los tendremos que tragar, pero no por mucho tiempo, las mujeres se han unido al unísono y nos han demostrado que juntos si podemos superar una minoría rancia y terminar con esta lacra social que se ha enquistado de forma parasitaria en el sistema, y se ha perpetuado con la complicidad de la monarquía y la iglesia, que desde sus inicios esta corrupta, y que solo existe para blanquear los privilegios de unos pocos en detrimento de nuestro Estado de bienestar.
Hoy y siempre ¡Libertad, igualdad y fraternidad!

¡Feliz día mujeres!

¡Salud y República partisanas!