Grandes proyectos prometen cambiar la fisonomía de Torrevieja por completo. Un nuevo proyecto de reordenación de la zona del puerto pretende transformar la fachada marítima de la ciudad con un complejo de ocio, cines y aparcamiento. El proyecto de remodelación de las Eras de la Sal, con su futuro paseo adyacente e incorporación del Museo del Mar y de la Sal, también está en fase de redacción. Además, se han puesto en marcha los ambiciosos expedientes para la contratación del mantenimiento de parques y jardines, por 1,5 millones de euros, y de reparaciones en la vía pública, por 4 millones de euros, que a buen seguro tendrán su efecto en la imagen de la ciudad (y a falta aún de resolverse el contrato de limpieza viaria y recogida de basuras). De materializarse todo lo anterior, unido a los proyectos de construcción de torres en altura, con sus instalaciones hoteleras correspondientes, nos dejarán en los próximos años una Torrevieja muy diferente a la que hoy tenemos. Lo que está claro es que estamos viviendo un revulsivo después de la pandemia, la cual, además de sus nefastas consecuencias, también ha posibilitado de rebote que puedan liberarse los remanantes de tesorería, es decir, los ahorros que durante muchos años han ido acumulándose en las arcas públicas por las leyes de contención de gasto municipal aplicadas por los sucesivos Gobiernos centrales, que ahora podrán por fin ser utilizados, esperemos que para bien. Torrevieja aún tiene muchas sorpresas que ofrecer.
Estimado editorialista: ya verás como al final viene el tío Paco con las rebajas.